Rubén Castro eleva al Betis

Cuando un equipo gana 2-0 y recibe varias pitadas de su público durante el partido, algo falla. Y eso es lo que sucedió en un villamarín que volvió a recriminar a su equipo su ausencia total de fútbol. Lo único que diferenció al equipo de mayor presupuesto de la categoría de un Mirandés hecho para competir en Segunda B fue que el cuadro verdiblanco cuenta con Rubén Castro, el mejor delantero de largo de la categoría y probablemente el mejor futbolista también.

Porque el Mirandés las tuvo de todos los colores, pero lo más preocupante fue la sensación de que hasta un equipo muy inferior sobre el papel tiene un plan de juego que en el Betis ni se atisba. Porque tuvo mayor posesión y todo lo hizo con sentido. Mientras, el Betis no supo en ningún momento donde estaba, mientras Velázquez se afanaba en tomar notas en la banda.

Pero estaba Rubén para, una semana más, solucionarlo. En el 29 aprovechando un error de la defensa del Mirandés y cruzando, y en el 55 en un doble remate de cabeza. Tuvo dos y dos metió. El Betis sumó tres puntos con la sensación de que así no se va a ascender con la solvencia que se requiere. Y el Mirandés emprendió el viaje de vuelta pensando que una vez más mereció más. Pero muchísimo más.