GETAFE 1 - MÁLAGA 0
El Getafe se cura los males ganando al Málaga
El Getafe ganó al Málaga y descubrió que la vida puede ser feliz. No sólo superó al rival, también a sí mismo, al miedo de ser colista y al lío del caso Pedro León.
Muchos cambios hizo Contra en el Getafe. Los más novedosos los de Velázquez, el central uruguayo cedido por el Atlético, y Babá, el senegalés cedido por el Sevilla. El Getafe lo intentó de inicio con balones largos buscando la velocidad en carrera de Babá. En el Málaga, lo más peligroso lo firmaba Horta, rápido y profundo llegando hasta la línea de fondo.
El primer remate entre los tres palos fue de Míchel, en el 19’, un tiro débil a las manos de Kameni. Comenzó a despistarse el Málaga en defensa y en la herida hurgó Diego Castro, que en el 21’ tuvo un mano a mano con Kameni.
La ocasión más clara la tuvo Sergio Sánchez, que acabó tirándose de los pelos al lanzar fuera su remate de cabeza con la grada aguantando la respiración porque parecía un gol cantado. Fue en un córner, en una jugada ensayada en la que sus compañeros le hicieron un aclarado dejándole solito dentro del área, pero falló. Quien perdona, lamenta, y en la siguiente jugada llegó la factura. Una contra perfectamente lanzada por Sarabia, que habilitó a Yoda en carrera, fue la génesis del 1-0. Yoda se adentró en el área, levantó la cabeza y le dejó un balón con mensaje a Michel: toma, empújala. ´La empujo y marcó.
Por fin se vio al mejor Sarabia. A aquel chaval que impresionaba en las selecciones inferiores. Le sentó bien jugar en el centro y no pegado en banda., y cada vez que tocaba el balón Sarabia el Getafe crecía medio metro. Pases aquí y pases allá, para Yoda o Babá.
En el descansó, Gracia pensó en soluciones y movió el equipo. Salieron Duda y Juanmi y el juego del Málaga se agitó. También Contra gastó un comodín. Sacó a Sammir por Babá. Parecía un cambio defensivo, pero Sammir hizo en cinco minutos más que Babá en cuarentaicinco. Se fue de dos rivales, llegó a la línea de fondo y cedió atrás a Sarabia, quien a su vez prolongó para la llegada de Michel, quien esta vez no acertó y lanzó muy alto.
De ahí al final, el partido entró en un efecto dormidera. Muchas intenciones pero nulas ocasiones de gol. Ya sólo se vio lo más feo, un codazo de Sergio Sánchez a Yoda en el cuello que casi le hace tragarse su nuez.