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Espanyol 2 - Getafe 0

El Espanyol gana su primer partido y hunde al Getafe

El equipo perico se impuso en Cornellà con goles de los delanteros Sergio García y Stauni a un Getafe que permanece en posiciones de descenso.

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El Espanyol gana su primer partido y hunde al Getafe

Si alguien tenía que disipar las dudas sobre el Espanyol de Sergio González, ése no podía ser otro que su tocayo, el capitán perico, Sergio García. Una vez más, fue el jugador que más y mejor merodeó el área rival hasta que, por insistencia y calidad, abrió el marcador para el conjunto perico, que acabó de hallar la tranquilidad en el segundo, de Stuani, otro de la vieja guardia que tampoco falla a su cita. Consigue el Espanyol su primera victoria en el Power8 Stadium, que ahora tal vez merece un poco más un nombre tan rimbombante, y llora sus penas un Getafe que pecó de conformista, salvo en alguna acción del debutante Yoda, y que tiene más obras pendientes de ejecución en su zaga que la ciudad de Madrid en cualquier mes de agosto. Por esa desidia, pasa a ocupar la plaza de descenso que libera un Espanyol menos intenso que ante el Málaga pero igual o más práctico.

Se contabilizaron en el Power8 14.285 espectadores. Pero debieron ser 11 más, al menos durante la primera parte, pues los jugadores del Getafe fueron —con la salvedad de un disparo lejano de Sarabia justo en el 45’— poco más que testigos de cómo se desarrollaba el juego. No es que el Espanyol protagonizase un primer acto memorable, pero al menos sí tuvo intención de llevar la iniciativa. Y, como recompensa a medias, tuvo cerca el gol en un par de ocasiones. La primera vez fue también la más clara, en el minuto 16, un excelente centro de Salva Sevilla desde la izquierda que cabeceó Sergio García completamente libre de marca y que Guaita, el único azulón que realmente no ejercía de espectador, salvó providencialmente.

La ocasión manifiesta amedrentó aún más a un Getafe mentalmente mermado, bien fuera por los resultados precedentes —una victoria y tres derrotas—, por el desconsuelo de no tener a Pedro León o por otras cuantas bajas (como el experico Álvaro Vázquez). Y así, ahogado atrás, el Espanyol intentó percutir primero por la banda de Lucas Vázquez y, después, golpear a balón parado. Es curioso que los pericos destacan en un partido justamente en lo que defensivamente peor les fue en la anterior cita: ante el Málaga, cohesión en todas las líneas, no como en Mestalla, y esta vez, poderososo en la estrategia ofensiva, lo que les había supuesto atrás dos goles boquerones. Así, dos córners pudieron suponer el 1-0, especialmente uno en que peinó Lucas y Arroyo impidió que Sergio rematase casi en línea de gol. El capitán perico, incombustible, marró minutos más tarde en el control, cuando se quedaba solo ante Guaita, tras un grave despiste defensivo de los de Contra.

Y a la contra precisamente llegó la primera acción tras el descanso, un esférico rebañado por Lucas en la línea de fondo que Víctor Sánchez, con el interior, envió fuera. Más puntería tendría acto seguido Míchel, en el 49’, con un trallazo desde la frontal que Casilla supo sacar ‘in extremis’ a córner. Se animaba el Getafe, que enseguida dispondría de una internada del debutante Yoda, a quien esta vez la fuerza no acompañó pese a que se fue desperezando al ritmo que marcaba su equipo.

Dos ‘killers’. Pero ese ahínco espontáneo se convirtió enseguida en cierta complacencia azulona, tal vez porque el empate ya sacaba al Getafe del descenso, como lo mostraba la parsimonia con la que Diego Castro abandonaba el terreno de juego. El Espanyol, sin embargo, porfiaba en su hambre de ganar hasta que consiguió el gol. No fue, no obstante, en una acción de raza sino en una delicatessen: pase bombeado de Salva Sevilla capaz por sí solo de superar a toda la zaga rival y empalme de Sergio García inaccesible esta vez sí para Guaita.

En dos córners consecutivos parecía que reaccionaba el Getafe pero era solo un espejismo, a la altura de una defensa que fue de más a menos y que hizo la estatua en el 2-0. Stuani, que había entrado por un estéril Caicedo, pudo rematar no una sino dos veces en el área pequeña para anotar su segundo gol en cinco días, tercero este curso. Pero, sobre todo, para rematar la faena perica. Al fin una alegría en casa del pobre.