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Santillana

“Batirá todos los récords; y veo que ha mejorado de cabeza...”

Santillana, todo un experto en ello, tiene muy claras las claves para rematar muy bien cabeza “Coger la posición, mantenerse en el aire, golpear arriba, girar el cuello...”

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“Batirá todos los récords; y veo que ha mejorado de cabeza...”
AStv

—Cristiano ha igualado sus 186 goles en Liga...

—¡Y pasará a todos! Batirá todos los récords porque es de otro mundo. Es una bestia. Los goles están bien, pero un equipo de fútbol es un equipo. Y yo lo que miraba eran los títulos más que los goles que iba metiendo. Eso es lo que me dejaba contento. Es un jugador increíble, ojalá que con su presencia consigamos muchos títulos, que es lo importante.

—Y últimamente hace grandes goles de cabeza. Recuerda incluso a usted.

—Desde que llegó los hacía porque salta bien y se mantiene en el aire. Por su físico, pero últimamente le estoy viendo hacer los gestos mucho mejor que al principio. Ha mejorado la técnica. Manda los balones donde quiere. Lo hace como un especialista sin serlo. Ya es especialista en todo. El jugador más completo.

—¿Le gustó más el que le hizo al Elche o el del Depor?

—El del Elche fue contundente. La puso donde quiso, manejó bien los tiempos. Imponente. El del Depor fue un gran gesto, estaba lejos, pero la pelota iba menos tensa, más bombeada.

—¿Usted por qué remataba tan bien de cabeza?

—No le sé decir. Crecí jugando en el Norte, donde, como en el Racing, los campos siempre estaban embarrados. Allí se jugaba así, con balones largos, con centros, y sacábamos esa capacidad. ¿Y por qué saltaba? Pues bajito soy (risas). No lo sé. Ojalá hubiera tenido el físico de Cristiano. Yo me las ingeniaba para buscar posiciones, adelantarme a los defensas, mantenerme en el aire.

—¿Cuál era su mayor virtud?

—Que era listo, que engañaba y me adelantaba al defensa. Luego, que me mantenía en el aire y golpeaba en el sitio más alto, que es la clave, girando el cuello para dirigir el balón. Los pasos son, ganar la posición, mantener la suspensión, golpear en el punto más alto y girar el cuello para dar dirección a la pelota.

—¿Hubo algún técnico que perfeccionara su técnica?

—Antes de llegar al Racing jugaba de 8. No era delantero. Nunca lo preparé. Fue al llegar al Racing cuando Fernández Mora me puso de 9. Y ahí empecé con Aguilar centrándome desde la derecha, que luego vino conmigo al Madrid y con Isidro, que era el extremo izquierda que teníamos. Y lo practicábamos mucho, sí.

—¿Quién se las ponía en el Real Madrid?

—¡Buah! Los mejores. Rubiñán, que era lateral izquierdo, las ponía muy bien en carrera cuando subía. El propio Aguilar. Con Juan (por Juanito) nos conocíamos perfectamente. La ponía increíble. Incluso Del Bosque, que aunque jugaba por el centro del campo, cuando estaba abierto, siempre me buscaba con una rosquita que me daba mucha ventaja. Y luego con Míchel y Gordillo, que eran unos monstruos.

—¿Su mejor gol de cabeza?

—Difícil, difícil... Le hice uno precioso a Las Palmas en el Bernabéu. Otro al Inter en una semifinal de la Copa de Europa, en plancha, muy bueno. En el partido de homenaje ante el Valladolid hice otro bueno… No sé, los goles de cabeza son mucho más plásticos. Son espectaculares y quedan bien para la foto. Parecen mejores.