Una delicatessen de Deulofeu acuesta al Sevilla colíder

Sufriendo, pero también gozando, el Sevilla se acostó colíder de la Liga, palabras mayores, gracias a una delicatessen de Deulofeu pasado el cuarto de hora que luego supo conservar con fútbol y finalmente coraje (liderazgo de Krychowiak) llevado en volandas por su gente, que ha recuperado la comunión de antaño con el equipo. La Real estuvo tan deprimida como Vela, suplente y martilleado como su fascitis plantar y desaparecido los minutos que estuvo en el campo.

El Sevilla apareció en el partido huracanado. Con un plan similar al de la noche del debut europeo ante el Feyenoord, jugó unos primeros minutos primorosos, con un fútbol enlazado y preciosista iniciado por Mbia, hilvanado por Reyes (aplaudido y con un fútbol brioso que recordó mejores épocas) y Banega y rematado por Deulofeu, que en el minuto 18 hizo el 1-0 con un remate fabuloso, de interior total después de un buen centro de Tremoulinas, lateral de muy buen pie. Un gesto técnico, el del gerundense, elocuente, de los que clarifica los quilates de un futbolista. El gol coronó 20 minutos aplastantes del Sevilla, que intimidó a la Real con su salida.

Pero la versión creativa tiene cara B y el Sevilla sufrió desde el minuto 25, en cuanto Banega, Reyes y Deulofeu perdieron continuidad en la presión y permitieron crecer a la Real por la banda izquierda, donde Diogo estuvo dubitativo. Canales y Chory descubrieron la grieta, pero a la Real le faltó veneno.

El Sevilla ya había generado murmullo, así que la segunda parte empezó con dudas y la Real dándole a la maquinita y con dos ocasiones de Chory Castro. Al Sevilla, curioso, lo levantó Mateu Lahoz, que mostró cuatro tarjetas  a jugadores locales (Diogo, Mbia, Kolo y Bacca) en menos de un cuarto de hora y calentó Nervión. Tanto que los de Emery se repusieron, se despertaron y se equilibraron con los cambios de Aleix y Denis. A la Real, sin embargo, no le funcionó ni el factor Vela. Su fascitis le duele a la Real, que se pierde por las medianías de la tabla. El partido acabó cerquísima del 2-0, que sólo evitó Zubikarai con buenas paradas. Volaron las banderas y el Sevilla se acostó líder después de reafirmar el mejor arranque de su historia.