El Sevilla no para de crecer

Contragolpe, equilibrio, despliegue físico y estrategia. Son las marcadas armas de este Sevilla post-Rakitic de Emery, que le mantienen en la zona noble de la clasificación, gracias a solventes victorias como la de El Arcángel, quizá la más rutilante de las que ha logrado hasta ahora: cuatro seguidas en los últimos cinco partidos oficiales. Mandón en los inicios de cada parte y con más control el resto del tiempo, el Sevilla ganó y pudo golear de haber tenido la noche, sobre todo, Carlos Bacca. El Córdoba sólo se animó con su gol, logrado en los últimos 10 minutos, pero nunca mereció el empate. El 1-3 final, logrado por Bacca de un penalti que no existió, es un resultado lógico para lo que se vio en el partido.

No había pasado siquiera un minuto para que se plasmaran las diferencias entre uno y otro equipo, cuando Vitolo obligó a Juan Carlos a hacer su primera estirada de la tarde. Poco después, Bacca volvía a poner en apuros al portero alcarreño, preludio de lo que sería el primer tanto sevillista. Pantic falló, Aleix Vidal apareció y su centro, perfecto, fue empujado a la red por el delantero colombiano (0-1, 7’), que iguala su mejor racha liguera al haber marcado contra Espanyol, Getafe y Córdoba (dos). La pifia del defensa serbio era la vida imagen del manojo de nervios y la caótica transición defensiva con la que había arrancado el equipo de Ferrer, poco vertical con la pelota en sus pies y un peligro, para sí mismo, cuando el balón caía en los rapidísimos atacantes sevillistas. Más de una vez Juan Carlos evitó antes del descanso el 0-2 del Sevilla, que replegó fuerzas y por eso a su inicio rutilante sucedieron momentos de más igualdad.

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Pasado el ecuador de la primera mitad el Córdoba se animó, aunque sin exuberancia, contando las llegadas y también las ocasiones. Crespo estuvo a punto de rematar un balón ante Sergio Rico, pero Aleix Vidal, omnipresente, le quitó el balón de la bota. Poco después, Borja cabeceó demasiado cruzado en el punto de penalti. Algún córner, algún balón parado y también alguna conexión entre Cartabia, Fidel y Borja pusieron la pelota más cerca de Sergio Rico, pero el marcador no se movió en lo que quedaba hasta el descanso.

Con el inicio de la segunda parte, el Sevilla recuperó el balón y también las ocasiones. Dos clarísimas, con remates de Bacca y Aleix Vidal que volvieron a hacerse lucir a Juan Carlos, y luego mediante una tan retorcida como magnífica jugada de estrategia que el extremo catalán mandó al lateral de la red. El Sevilla avisaba del segundo al contragolpe, pero lo logró con su otro gran arma, la estrategia, cuando un recién ingresado Mbia, que ya había marcado al Feyenoord, aprovechó un centro de Denis y una titubeante salida de Juan Carlos para poner el 0-2.

Parecía muerto el partido cuando Borja, en quizá el único error defensivo sevillista, le ponía al partido un suspense (1-2, 82'.) La estrechez duró pocos minutos, justo hasta que Velasco Carballo apreció penalti de Pantic en una jugada que pareció (solamente) juego peligroso. Bacca, como ante el Getafe, ejecutó a la perfección el 1-3.