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ATLÉTICO 2 - CELTA 2

El Atleti se estrella con Sergio

El meta del Celta se convirtió en héroe en el Calderón. Golazo de Pablo Hernández. Marcaron Miranda y Godín. Empató Nolito de penalti.

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El Atleti se estrella con Sergio
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Por segundo partido consecutivo, el Atleti atacó bien, defendió mal y se llevó un disgusto. Sorprendente giro de los acontecimientos para un equipo que, con la marcha de Diego Costa y la continuidad de Miranda y Godín, esperaba que su célebre solidez atrás le concediera tiempo para reinventarse delante. Pues no. El Celta, que siempre supo interpretar el partido con inteligencia, necesitó muy poco para marcar dos goles (uno genial de Pablo Hernández, eso sí) con la complicidad de sus rivales. El Atleti, mientras, llegaba sin parar, hasta 20 remates, pero se estrelló con Sergio, con la añoranza de Mandzukic y con un cambio incomprensible de Simeone, que quitó a Griezmann (el mejor) para mantener sobre el campo a un Raúl Jiménez que naufragó de nuevo.

Por primera vez, el Cholo juntó de inicio a su trío maravilla: Koke, Arda y Griezmann. Como además les respaldaba Tiago, los rojiblancos comenzaron mandando y llegando. A punto estuvo de marcar el portugués tras una gran jugada entre Arda y Juanfran, pero el panorama cambió completamente en el minuto 19, cuando Pablo Hernández logró una de las cosas más difíciles y hermosas del fútbol: marcar un gol que nunca se haya visto antes.

Un pelotazo a ninguna parte de Planas sobrevolaba el área del Atleti rumbo a la línea de fondo cuando el argentino nacionalizado chileno hizo lo que Godín y Moyá olvidaron: seguir la jugada hasta que muera. Tan imposible parecía rematar que el central se relajó y el meta abandonó la portería para coger el balón cuando saliera del campo. Pero Hernández tenía otros planes y estiró la pierna hacia atrás, como si fuera el inspector Gadget, hasta golpear el balón con la espuela. La pelota entró mansamente en la portería entre la incredulidad y admiración de los presentes. Una maravilla.

Como en Atenas, al Atleti le levantó Griezmann, en crecimiento constante. Primero rozó el gol por dos veces, un remate buscando la escuadra y un cabezazo que sacó Sergio, y de inmediato habilitó a Ansaldi con un pase fabuloso que volvió a permitir que se luciera el portero celeste. Tras el fogueo, llegó la dinamita o, como la llaman en el Atleti, el balón parado. Una falta lateral de Koke rematada por Miranda y un córner de Gabi cabeceado por Godín. Pim, pam y 2-1 al descanso.

Con el marcador en contra, Berizzo desempolvó a Nolito y le juntó con Orellana y Krohn-Dehli para buscar el empate con tres talentos grandes en frasco pequeño. Orellana puso a Hugo Mallo solito ante Moyá, pero el lateral tiró al cuerpo y, muy pronto, llegó el 2-2. Fue en el minuto 52 cuando Miranda entró como un torete a una buena maniobra de Planas. El celeste puso todo de su parte y el central intentó frenar, pero ya era tarde. Penalti ingenuo que transformó Nolito.

El Atleti volvió a responder rodeando a Sergio, pero está vez el propio Simeone congeló la reacción con un cambio extraño. Justo después de que Griezmann volviera a rozar el gol y con el Calderón pitando a un Raúl Jiménez inofensivo como un corderillo, decidió quitar al francés y dejar al mexicano. La grada abroncó la decisión y hasta su propio equipo pareció sorprendido y estuvo diez minutos sin enterarse de nada.

Pudo cerrar el debate Jiménez, al que ya le habían anulado bien un gol por fuera de juego, cuando un rebote le dejó solo ante el portero, pero Sergio le ganó el duelo. Como hizo después con un centro chut endiablado de Koke y con un cabezazo de Tiago en el último minuto. Era su día. No así el del Atleti, que perdió la ocasión de ponerse líder y afronta una pregunta que nunca esperó hacerse: ¿qué le pasa a mi defensa?