Todo un partido de bandera

Ya sea de azulgrana o de rojiblanco, con la senyera o la ikurriña, un Barça-Athletic siempre es (y será) un partidazo. Y su disputa es, sin duda, una de las mejores noticias que le podía pasar a nuestro campeonato, cortado de raíz por los compromisos de las selecciones. Menos con Luis Suárez, el Barça puede salir con todo, así como el equipo de Valverde, que tuvo que descartar jugadores tras la última sesión para cerrar la lista.

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Luis Enrique está hambriento de triunfos y ha sabido transmitir ese mensaje a sus futbolistas. Comenzó el curso con dos trabajados triunfos —ante Elche, 3-0, y Villarreal, 0-1—. Ambas victorias reforzaron su mensaje, considerado como “intenso” en su vestuario impresionado por la capacidad de trabajo impuesta desde el primer día y sabedores de que no hay margen para la relajación: el que afloje, a la grada. De ahí que para esta tarde, con todo el grupo listo y con la enfermería ya casi vacía (sólo queda el portero Masip), a Lucho le llega el primer examen ante sus futbolistas y posiblemente, las primeras caras agrias del curso: elegir a once y mandar a siete al banquillo hará que el resto (cuatro) vayan al palco a disfrutar del partido.

¿Y qué verán? Los futbolistas que no cuenten para Luis Enrique hoy entenderán todo lo que practicaron durante estas dos semanas. Verán la tan característica e incómoda presión alta del Athletic, un equipo capacitado para jugar en corto, pero también desplazar en largo. Desde Laporte, pasando por Iturraspe (elogiado ayer por Luis Enrique), Rico o Muniain, buscarán la complicidad con Aduriz, un animal de área que pelea como si fuese un juvenil, consciente de tener galones de veterano.

En el Barça confían en lo que saben hacer y claro, en Messi. Está el argentino preparado para todo. Con los músculos recuperados y descansados, La Pulga es capaz de todo lo que se proponga. Quiere volver a recoger el Balón de Oro en enero y para ello sabe que debe lucir en partidos de bandera, como el de esta tarde.

Los leones encadenan diez años con derrotas

“Es una mala noticia llevar tanto tiempo sin puntuar”. Así valoraba Gurpegui la década en seco que acumulan los leones en el Camp Nou. Él fue parte protagonista del último partido en el que se rascó algo en el feudo culé: el 17 de enero de 2004, batió a Jorquera, a cuatro minutos del final, con un cabezazo impecable tras pase de Del Horno desde la izquierda, y niveló el tanto de Kluivert. Sólo quedan tres supervivientes de aquel día en la actual plantilla rojiblanca: el central navarro, Iraola y el técnico, Valverde, el deseado este verano por Zubizarreta para el banquillo antes de explorar la vía Luis Enrique. Desde febrero de 1994, las dos únicas victorias del Athletic en sus 21 visitas al Camp Nou se produjeron con Heynckes al frente.