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Atlético de Madrid

Raúl Jiménez creció en México queriendo ser Hugo Sánchez

Raúl Jiménez, el traspaso más caro a Europa en la historia del fútbol azteca, ya ha dejado su sello. Una visita a Madrid cuando era niño alimentó su sueño de ser futbolista.

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Raúl Jiménez creció en México queriendo ser Hugo Sánchez

Raúl Jiménez llegó al Atlético como el punta mexicano más caro de la historia, pero como un desconocido para el público español. Apenas una semana antes de su fichaje, los atléticos pudieron verle en acción durante el amistoso en el Azteca con el América (marcó de penalti, su especialidad ya que acertó los ocho que lanzó en México) y en los primeros partidos con el Atleti, pero aún se preguntan qué aportará.

Desde el país norteamericano se habló a lo largo del mercado sobre cuál de sus delanteros terminaría en el Atléti, Vela o Chicharito. Pero para sorpresa de muchos, el elegido fue el atacante de 23 años nacido en Tepejí del Río de Ocampo, del estado de Hidalgo. Su padre, también llamado Raúl Jiménez, recuerda que fue precisamente una visita a Madrid la que convenció al nuevo fichaje rojiblanco de que sería futbolista. “Papá, jugaré al fútbol y algún día seré tan bueno como Hugo Sánchez”, le dijo el pequeño a su progenitor al ver la Bota de Oro del astro azteca en la sala de trofeos del Bernabéu.

Inicio. Al regresar a México, el siguiente paso fue inscribir a su hijo en la academia del Cruz Azul: “Desde bebé estaba pegado al balón y la pasión siguió evolucionando. Entonces vivíamos a diez minutos de Jasso, la antigua ciudad del Cruz Azul y una zona predominantemente de La Máquina. Sin embargo, nos trasladamos a la ciudad de México por cosas de la vida y por cercanía le inscribimos en el América. Gracias a ello nos ahorramos unos 40 minutos de tráfico en cada trayecto. Durante un tiempo, cuando se enfrentaba a las inferiores de Cruz Azul, me preguntaba por qué debía marcarle. Pero rápidamente se fue haciendo americanista y al final todo fue para bien”. Raúl jugó durante cinco años en la academia de las águilas y tenía claro que sería delantero. “En el primer año marqué 91 goles, en el segundo unos 80, y en el que más goles hice fueron 105 cuando tenía 11 años”, compartió el punta: “Siempre he creído que lo más bonito del fútbol son los goles y ser atacante me da más posibilidades de conseguirlos”.

En el vestuario del América le describían como una persona tranquila, responsable y enfocada en sus objetivos. En el vestuario del Atleti ha calado de inmediato y se ha ganado piropos de varios compañeros. Sus ídolos futbolísticos eran Hugo Sánchez y Raúl González Blanco y mucho se ha hablado de la admiración que tenía Raúl Jiménez por el Madrid, pero su padre asegura que “eso ya no tiene importancia alguna, el compromiso es lo fundamental para él”.

Con el América Sub-20, Raúl Jiménez fue campeón tres veces consecutivas y marcó en todas las finales, logrando un hat-trick en la última antes de ser incorporado al primer equipo. En México le ven como un futbolista con potencial por explotar. Debutó en Primera hace menos de tres años, el 10 de octubre de 2011, ante Monarcas. Tardó 296 minutos en ver puerta, pero por sus desmarques y buenos pases le apodaron Joven Maravilla. En su país, Raúl ya es venerado por marcar el gol que permitió a México acceder a la repesca del Mundial. Su tanto ante Panamá del 12 de octubre de 2013 fue denominado en el país como La Chilena de Antología. Tras el partido, se emocionó y redujo sus palabras a “es un sueño, no sé si podré dormir”.