NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ALMERÍA 1 - CÓRDOBA 1

Almería y Córdoba esconden sus cartas en un amistoso igualado

Rivales directos en Liga, disputaron un partido entretenido sin demasiada lectura. En el cómputo, no por mucho, fue mejor el Córdoba.

Actualizado a

Hablar de hechos es prematuro a estas alturas; el Almería solo tiene la opción de razonar sobre sensaciones, y ahí, en ese terreno, solo hay rasgos positivos. En el cómputo, aunque no por mucho, fue mejor que el Córdoba porque desde el inicio su centro del campo fue poderoso, eficaz y rompedor, pero a la destrucción, Francisco le ha sumado calidad, precisión y llegada con la incorporación de futbolistas como Thomas, que ayer volvió a dar motivos a su entrenador para ser titular.

Los cordobeses, que han forjado un equipo con garantías al que deben dar forma, comenzaron mal, pero se fueron hinchando por momentos. En el inicio, a los del Chapi Ferrer le costó encontrar una regularidad que le permitiera meter presión al cuadro local, pero, aún así, con jugadores desequilibrantes como Cartabia o Fidel, lo lograron, aunque fue en el segundo periodo cuando impusieron su estilo, con Garai tomando la manija.

En el minuto 5, Edgar pudo adelantar a su equipo con un disparo desde casi 40 metros, su potencial es indudable.

Claro está que no era un partido de tres puntos y no se jugó al máximo. Uno y otro aguardaron y se refugiaron en su campo cuando no tenían la pelota, la verdadera presión se guardó para la Liga, pero el Almería sí expuso el toque que le caracteriza, y así llegó el primero.

Tras una jugada de posesión, Edgar, desde la izquierda, vio a Hemed pedir el balón cerca del punto de penalti, allí la recibió el Israelí, que se revolvió y se la puso imposible a Saizar.

Ferrer trató de corregir a los suyos, dio a Fidel la responsabilidad de organizar y pidió a Rossi y Cartabia más anhelo a la hora de recuperar y jugar. Y así, el Córdoba fue arreglando esos problemas a los que Ferrer no paraba de gritar. Primero avisó Fidel con un balón de falta al larguero, y, después, él mismo empató el encuentro tras manos de Ximo Navarro en el área.