Keylor Navas en su presentación: “¡Pura vida y Hala Madrid!”
Más de 8.000 aficionados madridistas, la mitad costarricenses, le aclamaron en el Bernabéu. Sin gafes: aceptó feliz el dorsal ‘13’ que llevaba el canterano Jesús Fernández.
A media mañana se le vio feliz tras superar el reconocimiento médico en Sanitas- La Moraleja. Al abandonar la clínica, Keylor Navas se subió al coche oficial que le puso el club y llamó la atención lo que llevaba en sus manos: una Biblia. Subió a la parte de atrás del vehículo, hojeó unos salmos y se puso a rezar.
Su fichaje por el Madrid ha sido el premio a su fe, pero también a su constancia y a su ejemplaridad bajo los palos: “No estoy aquí porque me haya tocado la lotería”, explicaba después en un gesto de orgullo y autoestima.
Keylor, a sus 27 años, cree en Dios y no en gafes ni maleficios numéricos (el 13 que va a lucir desde ahora no le pesa nada). Apareció en el que será su santuario futbolístico casi con puntualidad británica (eran las 13:04, sólo cuatro minutos después de la hora fijada) y vestía con la elegancia de un gentleman: traje, corbata y zapatos negros, ¡y camisa blanca!
Le cortejaban Florentino (“Keylor, eres de los mejores porteros del mundo y estás ante el mayor desafío de tu vida”) y la junta directiva. Su mujer, Andrea Salas, lucía radiante su belleza y su felicidad. A Keylor se le hacían los ojos chiribitas cuando miraba la grada norte del Bernabéu y entre los 8.000 fans veía a casi 5.000 compatriotas costarricenses, orgullosos con su bandera tricolor (rojo, azul y blanco). No en vano, será el primer jugador en los 112 años de historia del Madrid procedente del país centroamericano.
De esa parte del mundo también llegaron hinchas de Honduras y Guatemala, que lucían banderas de sus países en un gesto de apoyo que venía a decir “todo Centroamérica festeja tu fichaje por el Madrid”. Los ticos cantaban eufóricos en la grada, sólo interrumpidos por tenues gritos de “Diego, Diego” e “Iker, Iker”, protagonizados por apenas una docena de aficionados.
“Se parece a Iker”. La frase la dijo un directivo blanco y fue secundada por bastantes asistentes al acto cuando la concurrencia se deleitó con el espléndido vídeo que recogía en apenas cinco minutos los grandes momentos de la carrera de KN13. Las paradas memorables que hizo con el Levante la pasada temporada ante el Barça y el Atlético de Madrid en el Ciutat de Valencia, los prodigios que protagonizó en el Mundial hasta convertirse en el portero revelación en Brasil (sobre todo los dos penaltis detenidos a Grecia) y sus grandes intervenciones desde que empezó su carrera en España con el Albacete (gracias por recomendarlo, Gabelo Conejo) dibujaron gestos de asombro y admiración entre el personal. “Tiene reflejos y estiradas muy típicas del mejor Casillas. Ojalá pare como Iker en sus buenos tiempos”. Amén.
Después de los discursos protocolarios, Keylor bajó al que será su vestuario y protagonizó el ritual con el que llevaba soñando desde que era un crío y empezaba a calentar guantes en el Deportivo Saprissa de Costa Rica. Se puso la indumentaria elegida por Adidas para los porteros para esta temporada, un azul cobalto muy pintón (pueden comprarla en la tienda Megastore). Al darse la vuelta, no hubo sorpresas. Lucía el 13 que tanta suerte dio a Ángel Nieto, otro madridista de pro. Un número que deja vacante Jesús Fernández, canterano formado y cualificado que cogió hacia Valencia el mismo AVE que Keylor, pero en dirección contraria. Hasta nueva orden (a ver quién es el guapo que se atreve a afirmar nada en voz alta), el 1 seguirá siendo para Casillas y el 25 para Diego López...
Florentino dejó una pista reveladora sobre el debate de la portería: “Tenemos una plantilla excelente, pero tenemos que seguir creciendo. Después de lograr la Décima, tenemos retos singulares este curso. Keylor, confiamos en ti y no olvides que no rendirse jamás es uno de los lemas de esta institución y que si lo cumples te darán todo. Ya formas parte del Real Madrid y vas a tener al madridismo y a toda Costa Rica detrás...”.
El chaval no cabía en sí de gozo. Le pidieron que se besase el escudo y accedió con la rapidez con la que Bolt completaba los 100 metros en sus buenos tiempos. Keylor firmó su contrato hasta 2020 en la planta noble del Bernabéu y supo torear con arte las preguntas de la nube de informadores sobre el sudoku de la portería. Keylor es listo y sabe a qué ha venido: a parar. Quizás por eso me quedo con su mensaje final: “¡Pura vida y Hala Madrid!”.