GIRONA 2 - ESPANYOL 1
Sergio sufre su primera derrota
El Espanyol cae en Girona, pero el técnico deja claro cuál es su equipo titular. El gol de Víctor Sánchez tras los cambios no fue suficiente.
Siempre hay una primera vez. Y para Sergio González fue ayer en Montilivi. Cuando pierdes te entran dudas de si el camino es el correcto, por mucho que ayer nadie quiso darle importancia a la derrota. Pero al Espanyol le faltó mando y tener claro cómo atacar y defender. Al margen de las lecturas competitivas, el técnico dejó claro quién forma actualmente su equipo tipo, ese banquillo de lujo en el que se construye el futuro.
Los aplausos de la grada de Montilivi al Girona eran la evidencia de que su equipo le estaba metiendo mano a un Espanyol más desubicado, fallón e inocuo que en los anteriores amistosos. Mientras los locales sabían a qué jugar, los pericos se obstruyeron desde el inicio de la jugada, incapaces de concectar con el ataque. Stuani está aún falto de ritmo, Raúl y Duarte no supieron encontraron claridad y al mediocampo le faltó cuajo para llevar el peso del partido.
Únicamente las internadas de Clerc por la izquierda desequilibraban en un ataque con pocos recursos. Iba el Girona entonándose, haciéndose con el control y percutiendo por los costados, en los que especialmente Cifuentes sacaba petróleo. De tanto avisar, llegó el golpe en el minuto 17 (1-0). Jandro ejecutaba una falta con la calidad habitual de este brillante futbolista en Segunda y Casilla voló sin cazar el balón tras la barrera.
Lejos de espolerarse, como ante el Llagostera, el equipo perico siguió obcecado y faltó de ritmo. Alfonso y Stuani probaron en dos ocasiones desde fuera del área y Lanza se estrelló con Becerra, experico. Así fueron pasando los minutos, entre la impotencia perica y el dominio local, que alternaba el juego largo con el corto y llegaba con facilidad al área perica. Más pudo aumentar la diferencia antes de los cambios de Sergio, pero Sandaza estrelló al larguero tras una pérdida de Raúl.
En el minuto 57 comenzó el carrusel de cambios y ya en el primer balón que tocó Caicedo se vieron otro ritmo, otras intenciones y mayor agresividad. Fruto de esa combinación nació el empate. Una buena apertura de Caicedo a Sergio García que centró raso, Clerc la dejó pasar y Víctor Sánchez remató a placer (1-1). El partido entraba en otro escenario pero los blanquiazules se partieron y el Girona no bajó el nivel. Con la defensa adelantada, Mata le ganó la espalda a Colotto y no perdonó ante Pau, que se quedó a media salida (2-1). Poco generó el Espanyol, a merced de un inmenso Girona. Una noche de esas aciagas y habituales en agosto.