NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Serial del jugador colombiano

James (III): Un Mundial como gran trampolín al Real Madrid

Los dos últimos años han sido eléctricos para James. Se hizo con galones en su selección, firmó un gran traspaso al Mónaco y se ganó el estatus de ídolo nacional con el Mundial.

Actualizado a
James (III): Un Mundial como gran trampolín al Real Madrid

James Rodríguez iba a cumplir 7 años el día que el Pibe Valderrama disputó su último partido con la selección de Colombia. El jugador de los pases y melena inolvidables dijo adiós tras la derrota ante Inglaterra en Francia 98. 16 años después, ante 73.804 espectadores en el mítico estadio Maracaná, Colombia venció a Uruguay con dos goles de James y se clasificaron para cuartos de final del Mundial. Triunfo histórico… La magia volvía a vestirse de ‘10’.

Su historia con la selección absoluta se inició el 11 de octubre de 2011, en la victoria 2-1 ante Bolivia durante las eliminatorias para el Mundial. Fue titular y jugó con la camiseta número 5. En el banquillo, Giovanni Moreno llevaba el ‘10’, que al siguiente partido sería suya. Nunca más volvió a quitársela. El técnico era Leonel Álvarez a quien una derrota frente a Argentina le costó el puesto. En su reemplazo llegó José Pékerman.

En los siguientes partidos, marcó tres goles decisivos durante las eliminatorias. Con el primero, le dio una victoria a Pékerman ante Perú, el día que el técnico debutaba en el banquillo de Colombia; con el segundo inició la remontada frente a Chile que abrió el camino a Brasil y con el tercero le entregó tres puntos a un país que ya soñaba con el Mundial. Un empate más aseguró el billete. Un crack no solo juega bien, aparece en momentos determinantes...

James ya lo había hecho con la Sub-20 cafetera. Fue el mejor jugador de la versión 2011 del torneo Esperanzas de Toulon en el que Colombia salió campeón tras derrotar por penaltis a Francia. Sin embargo, su gran idilio con la afición se inició unos días más tarde en el Mundial de la categoría que se jugó precisamente en Colombia. James anotó tres goles, dos en primera ronda ante Francia y Mali y uno ante Costa Rica en el último minuto y con el que aseguró el paso a cuartos. Hasta ahí llegó Colombia, pero él estuvo nominado al Balón de Oro.

Papá. Además de la oportunidad de jugar un Mundial, el 2013 le trajo a James el mejor regalo de su vida. El 29 de mayo nació Salomé, su primera y única hija. James hizo pública la noticia a través de su cuenta de Twitter. Él y su esposa Daniela se conocieron cuando el centrocampista militaba en el Banfield argentino porque una amiga los presentó, un tiempo después conoció a la familia de su novia en Medellín y su cuñado resultó ser David Ospina (el portero titular de Colombia y nuevo fichaje del Arsenal), aunque por entonces no se conocían. Hoy en día el equipo colombiano es, en realidad, una gran familia.

Cuando nació Salomé, James ya había firmado su multimillonario contrato con el Mónaco convirtiéndose en el segundo jugador colombiano más caro de la historia. Aunque su fichaje costó 45 millones de euros, el técnico Claudio Ranieri no confiaba en sus capacidades y dijo que era “un gran jugador”, pero que tenía “un problema de mentalidad”. Meses después se ganó la titularidad y el aprecio de los hinchas. El equipo terminó la temporada segundo en la tabla y el ‘10’ partió para Brasil.

Su reto era liderar al equipo en la cancha tras la lesión de Falcao, cumplió y de qué manera. Colombia cayó ante Brasil en cuartos de final, pero volvió a casa más grande que nunca. James llevó al equipo un escalón más arriba con un fútbol que combinó técnica, entrega y disciplina táctica. Para él no hubo pelotas perdidas, pases imposibles, ni defensas imbatibles. Jugó 399 minutos, anotó seis goles y fue la Bota de Oro del Mundial. Marcó el tanto más bonito de la competición, según la FIFA (fue a Uruguay). No se quedó con el Balón de Oro, pero el público, los especialistas y el Madrid reconocieron su talento.

Por supuesto que la eliminación le dolió, sus lágrimas en la cancha del estadio Castelao de Fortaleza lo demostraron, pero tal como le dijo David Luiz cuando fue a consolarlo: “No siempre se necesita un trofeo para ser campeón”.

Martín Parada solo tiene 3 años y está seguro de que ahora quisiera llamarse Martín Rodríguez, para ser como James. Como él, miles de niños colombianos cambiaron los superhéroes de la televisión por uno de carne y hueso. Una prueba más de que la magia volvió a vestirse de ‘10’.