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FINAL | ALEMANIA-ARGENTINA

El ‘tiki-taken’ alemán que triunfa en Brasil se inspira en España

Sus técnicos tomaron a la RFEF como modelo para el fútbol base. Los alemanes lograron evolucionar imitando el modelo de captación español, el jugador a formar y el 4-3-3.

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El ‘tiki-taken’ alemán que triunfa en Brasil se inspira en España
AStv

Para entender lo que es Alemania ahora mismo, el cambio de estilo que ha sufrido, los jugadores tan talentosos que tiene, hay que remontarse a 2004. Eurocopa de Portugal. A dos años vista de organizar el Mundial. Un empate ante Holanda, otro frente a Letonia y una derrota con la República Checa. Ese es el paupérrimo bagaje que ofrece un equipo dirigido por Rudi Völler y con muy poco talento. La DFB, preocupada, reúne de urgencia a todos los clubes y también a sus seleccionadores. Insta a trazar un plan que mejore al fútbol alemán desde sus raíces, que lo haga tan competitivo como lo fue siempre.

La primera medida que adopta es potenciar las academias de todos los clubes de primera y segunda. Ninguno de ellos podría participar en la élite si no destinaba una parte importante de su presupuesto al fútbol base. La segunda medida, también inmediata, es mandar a sus técnicos de categorías inferiores a ver métodos de trabajo de otras federaciones. Ponen especial énfasis en la francesa y la española, dominadoras absolutas del fútbol juvenil por aquella época. El caso de España es el que más les atrae. Es una federación dinámica, sin currículo en la absoluta pero con cada vez más títulos en los ciclos formativos, un ejemplo perfecto de buen trabajo a largo plazo.

Durante los siguientes años los entrenadores alemanes, como otros muchos, visitan varias veces las instalaciones de la RFEF en Las Rozas. Consultan a Iñaki Sáez, a Ginés Meléndez, a Juan Santisteban. Ellos son los entonces encargados de dirigir el fútbol base de la Selección. El sistema de captación y formación de los talentos les atrae. Los campeonatos territoriales cadete y juvenil que organiza la RFEF junto a cada federación regional les parece un acierto. También el sistema de juego empleado (un 4-2-3-1 o, en su versión más ofensiva, un 4-3-3). Por supuesto el tipo de futbolista por el que se apuesta: más talentoso que físico.

Cambios. Para el Mundial de 2006, en el que Alemania cae en semifinales frente a Italia, ya hay proyectado un sistema muy parecido al español en el fútbol base germano. Se ficha también a exjugadores veteranos que sepan enseñar, más que imponer, como Hrubesch. Se cambia el perfil del joven a seleccionar, dejando de lado el físico y apostando más por la calidad. En este sentido se abre la puerta de manera decisiva a hijos de inmigrantes, otra decisión que hace variar por completo lo que siempre había sido la cultura futbolística en Alemania. Özil es el mejor ejemplo posible.

Y los resultados van llegando, como era de esperar. Por primera vez desde 1984, Alemania logra un título en categorías inferiores en verano de 2008 cuando conquista el Europeo Sub-19 en la República Checa. Al año siguiente viene el Europeo Sub-17. Ese mismo curso también la Eurocopa Sub-21, el gran punto de inflexión del fútbol alemán en los últimos años. Hrubesch es el técnico que dirige con éxito en Suecia a los Neuer, Boateng, Höwedes, Hummels, Khedira, Özil… La mayoría da el salto casi inmediato a la absoluta, con la que alcanzan brillantemente las semifinales del Mundial 2010, y cinco años después ya pelean en Brasil por ser campeones del mundo.

Un gran trabajo, una estupenda generación, un cambio de estilo y un último detalle que lo hace todavía más perfecto: el entrenador. Joachim Löw se declara un incondicional seguidor del juego de Xavi y de La Roja cuando pierde ante ellos en los anteriores torneos. Ahora, sin españoles y con su modelo pulido casi hasta la perfección, es él quien puede levantar la Copa del Mundo. Un Mundial gestado en diez años de trabajo.