Ante el partido indeseable

Brasil y Holanda afrontan esta tarde el partido que nadie quiere jugar. En Brasil le llaman O jogo da vergonha mientras que en Holanda, Louis van Gaal ya ha dejado muy clara su opinión respecto a la cita de Brasilia: “Hace más de quince años que digo que este partido no se tendría que jugar”. Pero la FIFA no atiende a razones y así esta noche (22 horas en España) Van Gaal se despedirá de la selección holandesa mientras que el futuro de Scolari sigue siendo una incógnita. Según informó ayer el canalESPN Brasil, José Maria Marin, presidente de la CBF, le ha pedido al técnico que siga al frente del equipo.

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Es difícil encontrar un atractivo al partido de consolación, pero puestos a buscar alicientes tiene su morbo ver el enfrentamiento entre Scolari y Van Gaal, dos técnicos que se han pasado la Copa retándose a distancia desde las respectivas salas de Prensa. Van Gaal acusó a Brasil de hacerse el calendario a medida a lo que Scolari le respondió llamándole “burro o mal intencionado” y recordando los piscinazos de Robben.

También la final de los perdedores acostumbra a ser un encuentro atractivo y con goles. La media de goles histórica del tercer y cuarto puesto supera los cuatro tantos por encuentro.

Finalmente, queda por ver si el equipo anfitrión tendrá la capacidad para limpiar ni que sea mínimamente la afrenta que les infligió Alemania. Desde Brasil se pide “honrar la camiseta”, mientras que Holanda de lo que tienen ganas todos es de irse de vacaciones.

Scolari introducirá cambios en su equipo en la despedida. Jefferson podría ocupar la portería en vez de Julio César; Maxwell, que es el único jugador de campo que no ha disputado ni un minuto, podría tener su oportunidad.

En Holanda, Van Gaal también tirará de suplentes como premio a su paso por la Copa del Mundo. Pase lo que pase esta noche, Holanda podrá volver a casa con la cabeza muy alta mientras que Brasil vivirá muchos años bajo la vergüenza del 1-7 ante Alemania