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La intrahistoria

Una entrada en la reventa ya está alcanzado los 3.700 euros

No hay billetes para la gran final de Maracaná desde el pasado mes de febrero. Hay muy pocas entradas ya que cada país tiene 5.000 tickets como tope que destina a compromisos.

Actualizado a
No está permitido y se persigue, pero la reventa funciona porque hay oferta y demanda.

Antes del Mundial la FIFA manda un formulario a las federaciones mediante el que recibe el número exacto de peticiones que cada una quiere para los partidos en los que juega. Hay un límite según aforo e interés del choque. Para la final de Maracaná el máximo ronda las 5.000 entradas por finalista. La AFA encargó todas las posibles sabiendo que una hipotética final arrastraría a mucha afición, pero con ese volumen no satisface ni de lejos las necesidades de su hinchada. Además, la mayoría son para compromisos y las pocas que se venden son a través de contactos. Imposible acceder a ellas.

La otra manera de conseguir las más de 50.000 localidades restantes era a través de la FIFA. En febrero se pusieron a la venta en la página web con un precio que iba entre 320 y 720 euros. En sólo unas horas se agotaron por completo, pese a su elevado precio. La mayoría de los compradores, alrededor de un 60%, fueron brasileños que esperaban ver a su país en la histórica final de Maracaná. No queda ni una sola entrada a la venta, por lo tanto.

Así, la única manera de conseguir un ticket a pocas horas del encuentro es a través de la reventa, sobre todo la de brasileños frustrados por no poder ver a su equipo. La FIFA está persiguiendo más que nunca esta actividad que se considera delictiva en Brasil. El escándalo ha tocado de lleno al máximo organismo después de que salieran a la luz entradas nominales otorgadas por la FIFA y revendidas e incluso falseadas posteriormente. El director de Match (la empresa que se dedica a su comercialización), Ray Whelan, fue detenido en Río. Pero, sin embargo, aún sigue habiendo reventa. Para las semifinales hubo quien pagó 2.000 dólares (1.500 euros) y el precio de la final ya se sitúa en 5.000 (3.700). Un negocio en la sombra y una realidad palpable: la única manera de ver el Alemania-Argentina ahora mismo es pasando por la reventa.