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SEMIFINALES | BRASIL 1-7 ALEMANIA

La prensa argentina pincha: "Brasil, decime qué se siete"

Olé se cebó con el 1-7 pero en general la prensa mundial quedó en estado de shock. También Beckenbauer o deportistas como Usain Bolt o Djokovic.

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La prensa argentina pincha: "Brasil, decime qué se siete"
MEDIASET

El mundo quedó en estado de shock con los seis minutos mágicos, entre el 23 y el 29, en los que Alemania hizo cuatro goles a Julio César y generó una de las humillaciones más grandes que se recuerdan en la historia del Mundial. On-line, los goles cayeron entre la sorpresa de unos, la indignación de los brasileños, la pasión de los alemanes y la sorna de los argentinos. Luego, cuando se asentaron los titulares, quedó claro el resumen. "Vexame" ("vergüenza") en los brasileños, algarabia entre los argentinos aunque algún deportista como Noccioni pidió prudencia ("estoy cagado por la mañana"). Hubo pasión entre los alemanes y, en general, un tremendo estado de shock en las grandes cabeceras y en los mejores deportistas. Este es un somero resumen por apartados.

En Brasil. "Vexame” significa vergüenza en brasileño. Al descanso, Globoesporte todavía se quería despertar: “Pesadilla en Minerao”. Pero al final ya lo había masticado: “La vergüenza de las vergüenzas. Masacrado, destruido, arrasado. La peor derrota de la historia”. Lance fue por el camino: “La mayor vergüenza de siempre”. En UOL, otro de los medios clásicos, simplificaron: “Vergüenza”. La Folha fue más típica: “Mineirazo”. “Humillación histórica”, tituló Estadao. O Globo insistió: “Humillación”. El estado de ánimo de Brasil lo definió Dilma Rouseff, presidenta del país y nacida... en Belo Horizonte: “Estoy muy, muy triste”.

En Alemania. Bild, eufórico al descanso jugando con su traducción de gol (“¡Törgasmus!”) ilustró la portada de su web a toda plana con un gigantesco: “¡GRACIAS, OS QUEREMOS¡” Y el mismo tipo de letra para el resultado. Para su primera página en papel que hoy verá la luz reservaban un: “Sin palabras”.

En Argentina. Olé estuvo picante. Varió su portada con cada gol y al descanso hirió con un “Pentateutón”. Pero fue a más. Con el 0-6 y tirando del himno argentino del Mundial, ironizó: “Brasil, decime qué seis siente”. Y en el 0-7 se desató: “Brasil, decime qué se siete...”. Clarín y La Nación fueron más políticamente correctos: “Paliza histórica” y “Humillante caída”, sus titulares.

En el mundo. “El desastre”, abrió LEquipe. “Humillación histórica”, expresó La Gazzetta. Para Marca, fue una “Eterna Deshonra”. BBC removió los libros: “La derrota más humillante de la historia de los Mundiales”. Al portugués A Bola sólo le salió un “Increíble” y el New York Times estaba en shock: “Aturdidos por Alemania”. En Rusia, Sport Express: "Humillación a Brasil".

En el fútbol. Beckenbauer, campeón del mundo como jugador y técnico, apareció impactado en las redes sociales al descanso: “¿Qué ha sido esto? Difícil de creer”. Lukaku colgó una foto boquiabierto: “Oh, Dios”. Gullit aplaudió: “Fantástica Alemania”. Gary Lineker sacó el bisturí: “Me pregunto si David Luiz sigue siendo el MVP del Mundial para la FIFA...”.

En el deporte. Usain Bolt se enfadó primero: “Qué defensa es esa”. Luego se declaró “triste por mis camaradas brasileños”. Djokovic se sorprendió: ¿Qué pasa aquí? Y esto tuiteó-balbuceó Nowitzki, como buen alemán: “¡Jaaa, Wow, Booyahhh!”.