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BARCELONA

Xavi, arquitecto del tiqui-taca en los éxitos del Barça y de la Roja

Su aparición como crack Mundial no llegó hasta 2008, cuando ya tenía 28 años, pero desde entonces no ha dejado de acumular éxitos y títulos. Luis Aragonés, clave en su carrera.

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Xavi, golpeando el balón en Curitiba.
Getty Images

Nada será igual en el fútbol español tras la marcha de Xavi Hernández Creus (Terrassa, 1980) a una Liga menor, la de Qatar, y su más que presumible renuncia a la Selección española en cuanto termine el Mundial de Brasil. Sobre su capacidad y su velocidad para distribuir la pelota se han basado el estilo y el éxito mundial tanto del Barcelona como de la Roja durante los últimos años, con un Mundial, dos Eurocopas y tres Champions en su haber, entre otros muchos títulos menos importantes.

La menuda figura de Xavi (1,70) se agiganta también por las siete Ligas, dos Copas del Rey, seis Supercopas de España, un Mundial de Clubes y dos Supercopas de Europa como azulgrana desde que debutara con el primer equipo azulgrana, a las órdenes de Van Gaal, en 1998. En las quinielas muchas veces, el Balón de Oro ha esquivado su figura de centrocampista organizador. Con España, además de los grandes títulos, ha logrado un Europeo Sub-17 y un Mundial Sub-20, aquel de Nigeria en 1999 junto a uno de los amigos más fieles que ha tenido el mundo del fútbol a pesar de la rivalidad: Iker Casillas.

Y eso que, como él mismo reveló en una entrevista, su aparición como estrella Mundial fue más que tardía. "Rijkaard no creía en mí. Quería que nuestro juego tomara una dimensión física superior, estimaba que era el único medio de luchar con las mismas armas que los mejores clubes europeos", revelaba durante una entrevista a L'Equipe en 2012, meses antes de ganar su segunda Eurocopa con España. En verdad, fueron Luis en la Selección y Guardiola en el Barça los que dieron al centrocampista la confianza y los galones para armar una manera de jugar a su alrededor, rodeándolo de futbolistas que sabían entender su peculiar manera de tratar al balón como Iniesta, Silva, Cazorla, Cesc y tantos que se han acoplado al mismo modelo. Para esa resurrección futbolística, en 2008, Xavi tenía ya 28 años y muchos consideraban que la ocasión de convertirse en aquel futbolista de época que apuntaba durante sus inicios se había terminado. Nada más lejos de la realidad.

"Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo, porque nos juntó a los pequeños, Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa... Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien", escribió Xavi en El País poco después de la muerte de El Sabio, a principios de febrero. Era el preludio de una despedida que ahora, aunque sólo sea para el gran fútbol, le tiene a él como protagonista.