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OSASUNA

Archanco dimite y la comisión gestora será elegida por sorteo

Seja al club en manos de una comisión gestora que deberá ser elegida por sorteo entre todos los socios de la entidad 'rojilla'.

Actualizado a
Archanco dimite y la comisión gestora será elegida por sorteo
Mikel SaizDiario AS

Miguel Archanco ha oficializado hoy su dimisión como presidente de Osasuna tras la entrega del plan de viabilidad a la Hacienda foral, tal y como anunció el viernes, pero deja al club en manos de una comisión gestora que deberá ser elegida por sorteo entre todos los socios de la entidad 'rojilla'.

La renuncia de Archanco al cargo, que implica la dimisión de toda su junta directiva, se produce en el día en que el club ha entregado el plan de viabilidad para devolver la deuda de unos 40 millones de euros con la Hacienda foral, aunque el ya expresidente no ha participado de este acto.

Archanco deja el cargo tras dos años como presidente, aunque estuvo otros diez años como directivo de su antecesor, Patxi Izco, después de haberse visto sin apoyos tras el descenso del equipo a la Liga Adelante y rodeado de varias polémicas, para llevar al club a una crisis deportiva, institucional y económica.

"Habiéndose presentado en el día de hoy el plan de viabilidad en el Gobierno Navarra se ha hecho efectiva la dimisión del presidente del CA Osasuna, Miguel Archanco, y su junta directiva", ha anunciado el club a través de su página web.

Aunque aseguró tras el descenso que se sentía con fuerzas para seguir al frente del club y que debía hacerlo por responsabilidad, enseguida se encontró con un clima desfavorable por unas "desafortunadas" declaraciones, tal y como admitió más tarde, en las que no asumía responsabilidades en la pérdida de categoría.

Archanco se topó con la negativa de Javi Gracia para continuar como entrenador y el técnico navarro fichó por el Málaga, mientras que acuciado por las divisiones en la junta directiva decidió el 21 de mayo poner su cargo a disposición de los socios y someterse a una moción de confianza el 16 de junio.

El 22 de mayo, día en el que la Hacienda foral le pidió un plan de viabilidad para garantizar el cobro de la deuda generada durante los últimos años, la dimisión del directivo Manolo Ganuza y las denuncias públicas de éste pusieron a Archanco contra las cuerdas.

Tras romper el día 26 el acuerdo con el técnico navarro Enrique Martín para ser el próximo entrenador y verse sin apoyos en los estamentos del club, incluido del patrocinador, el día 29 decidió suspender la moción de confianza y anunciar su dimisión para la primera quincena de junio, al entregar el plan de viabilidad.

Además, acordó convocar una asamblea general extraordinaria para el 20 de junio con la autorización de elecciones a la presidencia como único punto en el orden del día, aunque no reparó en que un vacío en los estamentos del club no podía conllevar que la entidad fuera gestionada por una comisión gestora formada por empleados.

El Gobierno de Navarra le recordó a Archanco que, de acuerdo con un decreto foral de 2003 y al no estar recogido en los estatutos de Osasuna, la comisión gestora que debe dirigir al club hasta la elección de un nuevo presidente tiene que elegirse por sorteo entre todos los socios de la entidad.

Se trata de un nuevo contratiempo en el desgobierno del club desde el descenso, ya que la gestora integrada por socios anónimos debe, en principio, decidir sobre asuntos como la elección del entrenador, la planificación de la plantilla, el pago a la plantilla para evitar un descenso a Segunda B y la negociación con Hacienda.

La falta de liquidez y el tiempo juegan en contra de un Osasuna que tiene todo en el aire, con el pago de 8 millones de euros a la plantilla como objetivo más apremiante a 31 de julio para no perder la categoría por vía administrativa.

Respecto al plan de viabilidad, elaborado por Archanco pero sin él ya en el club, recoge un intento de pacto con Hacienda diferido en el tiempo o un plazo de carencia de dos años, una quita del 50 % a los proveedores, una renegociación con "la Caixa" de la amortización de un crédito hipotecario y la disminución del costo de la plantilla a 5 millones de euros.