Sampaoli es un tipo muy metódico y no ha necesitado más que 48 horas en Brasil para ponerse firme con la FIFA. Al seleccionador chileno, al igual que a jugadores y resto de miembros de la expedición, les preocupa su hotel en Cuiabá, donde el viernes debutan ante Australia en el Mundial. Esta ciudad del estado de Mato Grosso es, junto a Manaus, la que más deficiencias en cuanto a plazas hoteleras está sufriendo. Hay muy poca oferta y la que hay es de bastante pobre calidad.

Para mala suerte de los chilenos, el mejor hotel de la ciudad está reservado para la FIFA y el segundo mejor, para Australia. Es decir, tendrán que hospedarse en uno de peor categoría que sus rivales y que los organizadores del torneo. Por este motivo, la federación chilena se ha puesto en contacto con el máximo organismo para que se cambien camas, se mejore la conexión a internet, se repare el aire acondicionado y se refuerce la seguridad.

Viaja mañana. Después de unos días instalados en Belo Horizonte en la ciudad deportiva de Cruzeiro, Chile emprenderá mañana rumbo a Cuiabá para concentrarse allí y pensar en el debut mundialista. Lo último que quieren Sampaoli y los jugadores es que un mal hotel les dé los quebraderos de cabeza que esperan que no les dé Australia en el debut.