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Grupo F | Bosnia

Bosnia: debut mundialista con los llamados ‘niños de la guerra’

La Guerra llega a su punto más sangriento cuando una nueva generación crece entre proyectiles. La generación que ahora defenderá por primera vez a Bosnia en un Mundial.

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Los jugadores de Bosnia, con Spahic, Pjanic, Dzeko y Begovic a la cabeza, harán historia al debutar en un Mundial 20 años después de la guerra.

Julio de 1995. La pequeña localidad de Srebrenica, al este de Bosnia, es escenario de una de las más cruentas matanzas que se recuerdan en Europa. El general Ratko Mladic y su ejército acaban con la vida de más de 8.000 bosnios en lo que se convierte en la peor masacre vivida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La Guerra de Bosnia llega a su punto más sangriento justo cuando una nueva generación crece entre misiles y proyectiles. Esa misma generación que este mes, apenas dos décadas después, defenderá en Brasil y por primera vez a Bosnia en un Mundial.

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El conflicto terminó y los bosnios declararon su independencia entre sangre y lágrimas, pero con aquellos jóvenes supervivientes se ha construido un equipo histórico y formado fundamentalmente por niños de la guerra. Como el portero Asmir Begovic, del Stoke City, que dejó su ciudad de Trebinje con cuatro años junto a su familia para buscar refugio en Alemania y después en Canadá. O como Dzeko, que se mantuvo en Sarajevo en pleno conflicto pese a que su casa fue destruida por una bomba y toda su familia, unas 15 personas, tuviera que cobijarse en los 35 metros cuadrados en los que vivían sus abuelos.

Ellos son las dos mayores estrellas del equipo, junto a quizá el mediocentro del Roma Miralem Pjanic, y sus casos reflejan el marcado espíritu de superación que tiene la actual selección bosnia, dirigida por el exjugador del PSG Safet Susic, toda una leyenda allí.

Buena acogida. Haberse clasificado para un Mundial por primera vez y tras obligar a Grecia a jugar la repesca ya es un éxito para todos. Pero quieren más. Esa es la ilusión de una generación que sufrió los peores horrores que se puedan sufrir en esta vida: la violencia y el odio más exacerbado.

Por eso las calles de Sarajevo, de Banja Luka, de Zenica o de Mostar, los lugares en los que en la década de los 90 se oían proyectiles y misiles, son ahora escenario de otro tipo de estruendos, los que ofrece la selección nacional de su país apenas 20 años después del conflicto. Los niños de la guerra harán historia cuando debuten ante la Argentina de Messi. Ellos son la sonrisa de una nación devastada hace bien poco. El Mundial es suyo.