La selección brasileña, más rato en el aire que jugando
Los anfitriones se pegarán unas buenas palizas de avión en la primera fase. Hasta 7.953 kilómetros deberán realizar los de Scolari entre el 10 de junio y el 23.


No se ha aprovechado Brasil de su condición de país organizador para beneficiarse de un programa de juego asequible y cómodo. Al contrario. Los brasileños pueden defenderse de las acusaciones de que esta va a ser, especialmente en su fase de grupos, un Mundial agotador para muchas selecciones debido a los viajes diciendo que los primeros perjudicados son ellos.
Hasta 7.953 kilómetros deberán realizar los de Scolari entre el 10 de junio, fecha en la que se desplazarán a Sao Paulo donde se concentrarán para preparar el partido inaugural ante Croacia hasta el día 23 cuando regresen de Brasilia tras jugar el último partido de la primera fase ante Camerún.
El desplazamiento a Sao Paulo es el que les sale más barato, con 429 kilómetros; Brasilia está en la gama media, con 930 kilómetros y el premio gordo es el partido en Fortaleza para el que cubrirán 2200 kilómetros. A estos desplazamientos hay que añadirle el trayecto de 93 kilómetros que separan Río de Janeiro de Teresópolis, donde está concentrada la selección brasileña.