El Getafe acaricia la salvación

Cumplió el Getafe ante su gente y las cuentas le salen para quedarse en Primera: si empata en Vallecas, se salva. Incluso la derrota podría servirle, si Osasuna falla o hay un empate en Valladolid. Cábalas muy verosímiles, gracias al gol de oro de Escudero. Donde faltaron las ideas claras, resolvió un tiro desde la frontal, potente, certero, con fe. El Coliseum, en su tarde más feliz del curso, explotó y vuelve a ver la luz al final del túnel.

Porque los nervios, compañeros habituales del Geta últimamente, volvieron a dejarse caer por el estadio. Y a los de Contra les costó mucho salirse con la suya. Donde muchos esperaban un rival derrotado y sin hambre, apareció un Sevilla más que digno, que no confundió la falta de tensión con falta de ganas. Jairo, Marin y Trochowski se tomaron la tarde como una oportunidad para reivindicarse y con más entusiasmo participaron los canteranos: Moi en defensa, Cotán en el medio y Carlos arriba.

De inicio, el partido pintaba azulón. Rugía un Coliseum casi lleno y los jugadores estaban convencidos de rematar la faena. En diez minutos lo intentaron Sarabia y Lafita; en el 12’ rozó el gol Valera con un cabezazo picado. Llegaba mucho más el equipo local, al que a menudo le podían las prisas por llegar hasta Varas, pero el Sevilla, con poquito, intimidaba. Pasada la media hora, Marin probó a Julio César con un disparo duro y cruzado. Suspiró el Coliseum con la parada del brasileño…

En la segunda parte avanzó el Getafe, cuestión de necesidad. Igualmente tenso, le ganó metros a un Sevilla totalmente relajado. A Ciprian no le salían las cosas y Lafita era el azulón que más apretaba, como en las últimas semanas. Un cabezazo suyo se fue al larguero en el 62’, cuando ya se intuía que el 1-0 sí podía estar cerca. Y llegó en el 70’. El Getafe tocó en la frontal de derecha a izquierda hasta Escudero, que se sacó un zurdazo cruzado que acabó en la red. Varas pudo hacer más.

El gol aclaró el panorama. El Geta se relajó e intentó dormir el partido. El Sevilla no tenía pensado volverse loco, así que el paso del tiempo no le alteró. Y empezó el momento de hacer números. El Getafe está a tres puntos del descenso, así que un punto le da la vida. El Sevilla no necesita calculadora, su final es por un título. En Turín, donde tenía ya la cabeza