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Atlético de Madrid - Málaga | Chuzo

“Teníamos una prima por eliminar al Real Madrid”

Antonio González Álvarez, Chuzo, marcó un gol desde 40 metros (como se contaba en las crónicas) a Domínguez en una semifinal de Copa de Europa Madrid-Atlético de 1959.

Actualizado a
Chuzo.
Mariano Pozo

Su debut en Primera con 17 años estuvo rodeado de polémica.

—Fui el primer caso en España porque entonces no se podía jugar en Primera hasta los 18 años sino en juveniles. Lo arreglaron entre el presidente de la Federación Española, Lafuente Chaos y el del Atlético, que era Javier Barroso. Fue increíble compartir vestuario con grandísimos jugadores como Pazos, el portero, Rivilla, Callejo, Vavá, un delantero campeón del mundo con Brasil. Sí. El Atlético tenía un formidable equipo.

—¿Quién era su padrino?

—San Román. El Pechuga (así se le conoce). Gran portero. Hace poco me fui a verle a Madrid. Me ayudó en un momento muy duro de mi vida (prefiere que no se recuerde).

—Y jugó una semifinal de Copa de Europa contra el Real Madrid.

—¡Fue una eliminatoria tremenda! En el Bernabéu yo marqué el 0-1. Corté un balón en la medular, y desde lejos disparé fuerte y ¡hala, para dentro! El portero era Domínguez, el argentino. Nos pusimos 0-1. Luego marcaron Rial y Puskas y acabó 2-1. Como en la vuelta ganamos 1-0 con gol de Collar hubo que jugar un desempate en Zaragoza…

—¡Cuente, cuente!

—Aquello fue increíble! Se escribió que Madrid invadió Zaragoza. Fueron 12.000 aficionados del Atlético y parecido número del Real Madrid. Es lo que va a ser Lisboa en la final de la Champions. ¡En las carreteras de la época! Entonces desde Madrid a Zaragoza se tardaban seis horas. Nos ganaron 2-1. Fue una pena. El Real Madrid tenía un equipo formidable. Di Stéfano era increíble. El mejor que he visto. ¡Jugador total! Corría por todo el campo. Nos tomamos revancha porque les ganamos dos Copas del Generalísimo consecutivas y después, ganamos a la Fiorentina la final de la Recopa. ¿Sabe una cosa?

—Diga, díga…

—Teníamos una prima de 50.000 pesetas por eliminar al Madrid de aquella Copa de Europa. Era dinero. El entrenador era José Villalonga. Me dijo que o me bajaba el sueldo o banquillo. Entonces acepté irme al Málaga.

—Villalonga, campeón de Europa en 1964.

—Era militar. De capitán pasó a comandante. Y se le notaba… como preparador físico era un fenómeno, pero tácticamente dejaba mucho que desear.

—¿Y en Málaga?

—Estuve hasta 1970. Era un equipo ascensor. Subía a Primera y bajaba a Segunda. En 1969 me rompí el tendón de Aquiles y volví en 1970 con Otto Bumbel, entrenador brasileño. Pero nada fue lo mismo. Cuando dejé el fútbol fui secretario técnico del Málaga.

—En 1957 dio la vuelta al mundo una imagen suya tras perder contra Austria un campeonato de Europa juvenil con un Bernabéu lleno a rebosar.

—Lo recuerdo. Creo que ABC me sacó en la portada. Habíamos hecho un campeonato formidable y Austria era el rival más asequible. Pero nos ganaron. Me quedé llorando tendido en el césped y pensaron que me había desmayado. Fue un palo gordo. Fui nueve veces internacional juvenil, una B y otra A.

—¿Ha cambiado mucho el fútbol?

—Sobre todo en la preparación física. Pero los grandes jugadores de mi época tendrían sitio en la actual.

—Por cierto, en Antequera tiene calle.

—Así es. Hay una calle en mi ciudad con mi nombre. Y soy hijo predilecto,

—¿Y ahora cuál es su deseo?

—Que el Málaga siga muchos años en Primera y que el Atlético sea campeón de Liga y de Europa.