Parejo no se cansa de jugar

El Valencia ha iniciado su particular cuenta atrás para la semifinal de la Europa League contra el Sevilla con carrerilla y cuesta abajo. No hay partidos más transcendentes que esos dos ante los de Unai Emery en el horizonte blanquinegro y se nota en los cánticos de los aficionados y también en las rotaciones de Pizzi. Pero esa inercia de la competición europea le ayuda al Valencia a no dejarse llevar en Liga pese a estar en zona de nadie y por ello, y porque Dani Parejo no se cansa de jugar ahora que por fin se le reconoce su valía por Mestalla, el Valencia se ha llevado un triunfo contra un Elche que, todo sea dicho, lamentará la oportunidad perdida de sumar al menos un punto en Mestalla con el que respirar más tranquilo.

Se pecó por momentos de compadreo, la verdad. Y la pagó el Hércules de Alicante, que sin estar se llevó los palos de ambas hinchadas. El buen rollito de la grada, que recordó a lo que hace unos años era un Valencia-Villarreal y viceversa (la hermandad de ayer pasará seguro a mejor vida conforme se repita más este duelo), lo dicho, esa cordialidad entre aficiones se contagió incluso al césped, donde Míchel colaboró con su despiste para que el Elche lograra la igualada y Carlos ‘La Roca’ Sánchez salvó bajo palos un gol del Elche. Sí. Del Elche. Por no mentar el penalti fallado por Cisma.

La tarde comenzó con las rotaciones de Pizzi. Quedó claro con la alineación del Valencia que el técnico argentino no tiene sustitutos ni para Bernat ni para Parejo. Tampoco hoy por hoy para Alcácer, aunque ayer jugaran otros de inicio. Uno de los que regresaba a la titularidad era Pablo Piatti. El argentino, uno de los futbolistas que en su día enarboló la bandera del efecto Pizzi, levantó la mano para que el técnico le tenga en cuenta en fechas próximas. Ya saben, contra el Sevilla. No perdonó en la ocasión que tuvo (dudosa al menos por la posición en fuera de juego de Vargas, aunque el chileno finalmente no participó en la acción).

El Valencia se había puesto por delante cuando el Elche aún estaba situándose en el terreno de juego. En realidad ese tanto de Piatti ayudó a que los de Fran Escribá se asentarán. Carlos Sánchez fue ganando peso en la medular y de su presión nació el gol del empate de Coro. Le robó literalmente la cartera a un Míchel que ni vino venir a la Roca ni seguramente tampoco a Pizzi, que le dejó fuera del campo al descanso por Fede. Por cierto, a los vestuarios llegaron ambos equipos con empate porque Cristian Herrera no llegó a superar a Guaita tras buena asistencia de Coro, sin duda alguna el ilicitano más activo de cuántos utilizó en Mestalla Fran Escribá, y sobre todo porque Cristian Sánchez sacó prácticamente el balón de dentro de la portería de Guaita.

Tras la reanudación hubo menos compadreo y algo más de tensión. Barragán y Fede dieron más profundidad al Valencia, mientras que Coro seguía generando peligro cada vez que aparecía en escena. Pero ni a unos les acompañaban las piernas ni otros veían recompensado su esfuerzo. Y cuando el partido transcurría en una fase que ni carne ni pescado, Parejo se sacó un disparo desde la frontal contra el que poco pudo hacer Manu Herrera. Ese gol dio cierta tranquilidad al Valencia e hizo que Escribá sacará su artillería: Aarón y Boakye.

Como los de Pizzi nunca terminan de rematar la faena, el Elche fue llegando cada vez más entorno a Guaita. Y en una de ellas, llegó el penalti de Piatti sobre Cristian. La verdad, sorprende que un bajito como el argentino pueda tumbar en carrera a un delantero alto como el ilicitano. Pero Álvarez Izquierdo consideró que sí y pitó penalti. Pero Damián, lo falló. O mejor dicho, Guaita lo paró. Ahí tuvo el Elche su punto. Ahí lo dejó marchar.