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BETIS 0 - SEVILLA 2

Domingo de Velasco

El árbitro mundialista decide con sus errores el derbi a favor del Sevilla y pone al Betis al borde del descenso matemático.

SevillaActualizado a
Domingo de Velasco

Hacía 28 años, 1986, que Sevilla no veía un derbi en Domingo de Ramos. Aquel lo decidió el bético Romo, que marcó el 1-0 para que el partido quedara bautizado como 'Domingo de Romo'. Esta vez, con dudoso honor, será el mundialista (¿de verdad?) Velasco Carballo el que merezca ponerle nombre a un choque que decantó con su horrendo arbitraje, indigno del que se supone es el mejor colegiado español. Un penalti no señalado al Betis, un no-penalti y expulsión favorable al Sevilla, ponen a los verdiblancos a un solo paso de Segunda (dependiendo de los resultados podría descender la próxima semana en Vallecas) y a los nervionenses a, de momento, tres puntos del Athletic, que marca la zona Champions.

Emery sorprendió con la suplencia de Rakitic, que había jugado ante el Oporto con gripe y fiebre. Sin el croata, el Sevilla fue una sombra del equipo mandón y frenético que está en semis europeas y acecha el cuarto puesto en Liga. Se defendían los sevillistas sin que Trochowski, Reyes o Gameiro la olieran, anque bien parapetados en el gigante Fazio, porque hasta que Velasco comenzó su show el Betis, que salió con hasta cinco hombres de ataque, era mejor. Tenía la pelota y se acercaba al área rival con peligro, aunque sin ocasiones claras. Por algo están más desahuciados que ayer. También por los árbitros, y en el derbi llegó otra muestra, quizá la más dolorosa. Protestado en la administración de las tarjetas y un cierto aire chulesco, Velasco acumuló sus dos mayores pecados en las áreas al no señalar un claro penalti sobre Baptistao y, minutos después, pitar pena máxima y expulsión de Juan Carlos (último hombre) en una falta que no había sido. En medio del escándalo general, Gameiro convirtió el 0-1. Aturdido y quizá algo arrepentido, Velasco obvió una segunda amarilla a Castro, el canario lesionó a Alberto. Con lío en los banquillos y la grada encendida se alcanzó el descanso.

Con el Betis diezmado y a contracorriente, en busca del empate, fue el Sevilla el que coleccionó las mejores ocasiones de la segunda parte gracias a la velocidad de Bacca y Gameiro, pero sus imprecisiones en el remate, las paradas de Adán y la poca ayuda de Reyes (en modo off esta vez) no le permitieron alargar el marcador hasta el final. Velasco, por cierto, continuó con su concierto de pito, esta vez supuestamente para 'compensar': cambió una mano dentro del área bética por un fuera de juego, y perdonó dos veces la segunda amarilla, a N'Diaye ambas. Sólo Castro y Nono pusieron en aprietos a a Beto antes de que Gameiro de nuevo, en una contra a placer, matara el partido cuando quedaban siete minutos para el final.