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SEVILLA - OPORTO

El gran Sevilla está de vuelta

Aplastó al Oporto (4-1) gracias a los goles de Rakitic (penalti), Vitolo, Bacca, Gameiro, soportó la roja a Coke (54') y está en semifinales después de una noche mágica en Nervión.

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El gran Sevilla está de vuelta

Arrebatador y a lomos de Bacca en una primera media hora mágica que quedará en sus libros, y aupado por su gente cuando se vio con diez futbolistas para toda la segunda parte, el gran Sevilla europeo que llevaba más de un lustro hibernando aplastó al Oporto y alcanzó las semifinales de la Europa League. Una noche de éxtasis para una afición que empieza a soñar despierta con la finalísima de Turín. Otra vez, qué recuerdos. Nervión recuperó sensaciones que tenía olvidadas, pero que permanecen latentes. Emociones que jalonaron su trayectoria hacia los títulos de 2006-07.

Jugó el Sevilla con una determinación inesperada. Como debe ser en las remontadas. Con fe. “Sentimiento y sevillismo”, como la gusta decir a su entrenador. Emery, al que se había reprochado desde algún foro su estadística en los torneos de KO, demostró otra vez ser un estratega de primer nivel y salió triunfador.

El histórico Oporto, doble campeón de Europa, cayó en la trampa del Sevilla, que le dejó que presumiese de estilo a la salida. Pero en lugar de ser un equipo tímido como en la ida, esta vez el Sevilla fue un huracán. Bacca salió como un bisonte. En un minuto provocó una parada de Fabiano e inmediatamente forzó un penalti discutido. Rakitic lo transformó con maestría. Qué jugador el croata. Su actuación alcanzó el calificativo de memorable porque se medicó durante el día y jugó con fiebre. Tomó tantas pastillas casi como camisetas sudó durante el partido.

El Sevilla, llevado en volandas, tuvo un rato de fútbol excitante. Jugó en una burbuja. Navarro fue encendido a la presión, robó el balón y el héroe de Puerto Colombia, Bacca, asistió a Vitolo, que le echó la rica pausa canaria. 2-0. Y más. Bacca, 3-0 en una media vuelta de delantero centro caro. Un tsunami al que el Oporto asistió atónito, tal vez con el recuerdo de Málaga la temporada pasada, cuando también se lo llevaron por delante en La Rosaleda. Buen estilo y buen fútbol. Pero mucha candidez. Los portugueses concedieron demasiado en la ida. Perdonaron al Sevilla y devolvieron visita sin Jackson y Fernando, dos de sus mejores elementos.

Rakitic definió gráficamente el plan: “Hemos salido a comérnoslos”. El Sevilla casi no llega al postre porque antes del descanso porque ya ganaba 3-0. Coke cometió un desliz. Con una amarilla, entró imprudentemente a Quaresma en el minuto 54. Con un mundo por delante, Rocchi le expulsó. Emery estuvo entonces rápido y reeequilibró al equipo con Diogo y más tarde con Gameiro, revulsivo perfecto para situaciones de emergencia. Con el cuarto gol del francés explotó Nervión, que recordó que todavía queda esa magia del Sevilla campeón de vuelta. Un nuevo Sevilla. Joven, ágil y con ambición. El fútbol se puede detener pero con el corazón no hay quien pueda. Turín bien vale unas semis.