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Real Madrid - Barcelona

Clásico de fin de ciclo y con la Liga en juego en el Bernabéu

El Barcelona visita esta noche (21:00 Canal+ 1) el Bernabéu por última vez antes de su renovación. Tras caer en el Camp Nou el Real Madrid acumula 31 partidos sin derrotas.

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Clásico de fin de ciclo y con la Liga en juego en el Bernabéu
AStv

Es muy probable, lo confirmará Ian Gibson, que la crisis del Barcelona comenzara en la temporada 2011-12, después de la conquista del Mundialito de Clubes (4-0 al Santos). Guardiola (14 títulos de 19) también debió advertirlo así, porque el verano siguiente abandonó el club. Quién sabe si el equipo se sació y, en consecuencia, perdió el hambre. O tal vez lo que se extravió fue la frescura, quizá la inocencia, al mismo tiempo que se desbordaba el poder de Messi.

La cara de Cristiano durante el entrenamiento simboliza el buen ánimo madridista.
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La cara de Cristiano durante el entrenamiento simboliza el buen ánimo madridista.Pepe Andrés

En su primera temporada en crisis, el Barcelona levantó la Copa del Rey. En la segunda, con Tito y sin Guardiola, ganó la Liga con cien puntos. Quienes negaban el problema se defendían con estos argumentos de los agoreros. Lo hacían con cierta sorna, muy al estilo del clásico: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.

El error de los optimistas fue imaginar que bastaba el movimiento para determinar la buena salud del equipo. Quienes debían no repararon en la pérdida de velocidad, ya fuera por ceguera o sentimentalismo, y confundieron los síntomas de la decadencia (la humillación ante el Bayern y la progresiva superioridad del Madrid) con meros accidentes.

Inercia. Si todavía hoy el Barça sigue en la pelea por todos los títulos es porque un cometa no puede frenarse en seco. Este equipo es tan grande que resiste cualquier comparación excepto consigo mismo. El Barcelona ha demostrado que, hasta herido, puede liderar una primera vuelta y, por qué no, vencer en un enfrentamiento directo al Madrid. Ya lo hizo en octubre y podría repetir hoy, o en la fi nal de Copa. El presente más inmediato (mañana, el mes siguiente) aún está a su alcance; el futuro, ya no.

El repaso anterior debería ser útil para dar perspectiva al duelo de hoy, que arrastra más infl uencias que el 7-0 del Barça al Osasuna, incluso que los 31 partidos que acumulan los madridistas sin perder. Su última derrota, no es casual, sucedió hace una vuelta en el Camp Nou y dejó al Madrid a seis puntos del liderato. El “muerto” parecía gozar de una salud espléndida. Sin embargo, 19 jornadas después, los de blanco aventajan a su eterno rival en cuatro puntos. Las cuentas son de primaria.

Pero insisto: lo de esta noche, desde la mirada del Barça, no es tanto una cuestión de puntos como de orgullo, de último tango. Es difícil que los propios jugadores no asuman ya el fi nal de un ciclo. La próxima temporada no estarán ni Valdés ni Puyol, por no hablar de la dudosa permanencia de Alves o Xavi, por diferentes motivos. El hecho es que el Barça campeón, el de los 15 títulos, el de los seis últimos años, se despide hoy del Bernabéu.

Es posible que esa motivación, algo nostálgica, iguale las ganas del Madrid por desprenderse de la alargada sombra del Barça. La duda es si también igualará las fuerzas. Haría falta mucho de Messi y muchísimo de Iniesta para que el Barcelona anulara la ventaja física y anímica de su adversario.

El Madrid, en principio, sólo debería ser él mismo para ganar por decantación. Parece mejor en todo. Cristiano, por vez primera en un Clásico, es el Balón de Oro anfi trión. Sólo un valor fuera de la contabilidad ofi cial podría alterar el pronóstico. Acertaron: Neymar.