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BAYER LEVERKUSEN 0 - PSG 4

Ibra deja visto para sentencia el pase del PSG a cuartos de final

Dos tantos del delantero sueco, uno de Matuidi y otro de Cabaye sirvieron para aplastar al Bayer Leverkusen. Buen partido de Verratti en la medular parisina.

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Ibra deja visto para sentencia el pase del PSG a cuartos de final
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El Paris Saint Germain dejó visto para sentencia la clasificación a los cuartos de final de la Liga de Campeones sin despeinarse. El equipo dirigido por Laurent Blanc apenas necesitó los goles de Zlantan Ibrahimovic y la calidad que destila Marco Verratti para detonar el Bay Arena. Ni siquiera precisó de su calidad, aunque dejó una perla más en su historial con un latigazo con la zurda en el tercer tanto parisino. Al sueco no le afectó quedarse sin Mundial y mantiene sus increíbles números. En el Bay Arena consiguió su décimo tanto en Liga de Campeones y se coloca como máximo anotador del torneo (Cristiano lleva nueve) con un tanto cada 53 minutos.

Antes de los goles de Ibrahimovic el partido ya estaba cuesta arriba para los alemanes por culpa del tanto de de Matuidi a los dos minutos de juego. Con la eliminatoria finiquitada, el Paris Saint Germain engordó la renta con el gol de Cabaye en el tramo final.

El multimillonario qatarí Al-Khelaifi zarandea cada verano el mercado con la intención de contagiar su superioridad fuera de las fronteras francesas. Su verdadera conquista europea se calibró esta noche en Alemania con la ida de los octavos de final dela Liga de Campeones. El Paris Saint Germain se desplegó en el Bay Arena con la vitola de favorito ante un Bayer Leverkusen en caída libre. Fuera dela Copa de Alemania por culpa de un segunda división (Kaiserslautern) y derrotado en cinco de los últimos siete partidos en la Bundesliga, el equipo de Sami Hyypiä fue alcanzado a las primeras de cambio. No habían transcurrido ni tres minutos cuando Matuidi ejecutó con certeza una triangulación con Ibrahimovic y Verratti.

El Bayer llegó tarde al partido y lo pagó caro. Hyppiä pidió solidaridad a sus jugadores en la previa pero debió olvidar poner cordura cuando los suyos tuvieran el balón. El centro del campo alemán desplegaba sus fuerzas en la recuperación pero las perdía después con balón directos a Kiessling. Mientras tanto al Paris Saint Germain se le quedó una noche espléndida y digirió la ventaja con desplazamientos rápidos que a punto dieron recompensa a los diez minutos con un disparo de Ibrahimovic que fue repelido por un defensa alemán.

La primera oportunidad digna de alabanza del equipo de Leverkusen llegó, como era de esperar, al saque de una falta lateral que Kiessling cabeceó por encima del arco de Sirigu, aunque el exjugador del Nuremberg se encontraba en fuera de juego.

Mientras el Bayer Leverkusen se movía en la medular con la pesadez propia de un elefante, el equipo parisino lo hacía con la delicadeza de un colibrí. La que destilaba Marco Verratti. El italiano fue el salvavidas de la defensa y el desatascador del ataque con excelsos volteos.

Al que no le hizo falta finura ni tacto para encandilar fue a Zlatan Ibrahimovic. El sueco decidió detonar la eliminatoria con dos tantos antes del descanso. El primero llegó tras un penalti de Spahic sobre Lavezzi por un empujón de los que otros colegiados obvian a veces. El segundo sí llevó el selló ‘Ibra’. El sueco recogió en el vértice izquierdo del área una cesión de Matuidi y soltó un latigazo con la zurda directo a la escuadra de Leno.

Hyppiä busca sin suerte la revolución

La entrada de Reinartz (Rolfes) y Brandt (Son) no revolucionó al Bayer Leverkusen aunque sí dio algo más de chispa. Los aficionados alemanes se quedaron con las ganas de comprobar hasta dónde podía alcanzar su equipo cuando Spahic vio la cartulina roja. Todo por una jugada parecida al penalti sobre Lavezzi en la primera parte. Esta vez Kassai no hizo sonar el silbato en una carga sobre Kiessling y el exsevillista frenó a Lucas en la siguiente jugada y vio la segunda amarilla.

Con tres goles de desventaja y con uno menos, el conjunto de Leverkusen sólo pudo esperar con ganas el pitido final. Aunque antes tuvo que ver como Cabaye hacía más sangre cuando el partido tocaba a su fin con un trallazo a la escuadra.