NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CÓRDOBA 0 - EIBAR 2

Ni la lluvia para a este Éibar que sueña con el ascenso

El cuadro vasco doblegó (0-2) al Córdoba en un partido marcado por la lluvia, bajo la cual los armeros fueron mejores, con un gol en cada parte.

CórdobaActualizado a
Ni la lluvia para a este Éibar que sueña con el ascenso

Segunda derrota consecutiva del Córdoba en casa ante un Éibar que definitivamente, presenta su candidatura al ascenso a Primera. Los de Garitano dejaron en evidencia al equipo de Pablo Villa, que una vez más demostró que cualquier excusa es buena (en este caso la lluvia) para no jugar a nada.

Depender de la inspiración de un futbolista de calidad no suele funcionar y más, cuando los buenos se quedan en el banquillo de inicio. Enfrente, el Éibar demostró que a pesar del mal estado del campo, cuando hay un plan de juego claro, se puede jugar y ganar. Ayer le pintó la cara a un Córdoba que solo tuvo casta y poco más. Otro rival directo que le mona la oreja y de forma clara.

Aunque el campo no permitió jugar mucho al fútbol, el único que propuso algo fue el Éibar. El cuadro vasco demostró que al menos un poco sí que se podía. Suyas fueron las mejores ocasiones en el primer tiempo ante un Córdoba desdibujado e impreciso en el pase. Villa dejó en el banquillo a los jugadores de más calidad (Caballero, Pelayo y López Silva) y metió músculo, probablemente pensando en el pésimo estado del campo. No salió bien, porque el Éibar llevó el tempo del encuentro y cada vez que llegó arriba, creó peligro.

En los locales, las ganas de Xisco, solo contra el mundo; y algo de empuje por la banda izquierda con Samuel de los Reyes. Nada más. El técnico local busca excusas para no jugar al fútbol siempre que puede y ayer no fue una excepción.

Con ese escenario llegó el gol del Éibar. Jota Peleteiro enganchó un buen disparo cruzado ante el que no pudo hacer nada Sáizar. Premio justo para un equipo que lo intentó más y mejor.
En la segunda parte casi no hubo partido porque la lluvia convirtió el césped en una piscina en la que mantenerse en pie era una proeza. El Córdoba se encomendó a la épica, aunque alguien debería recordarle al equipo local que es mejor ir a por los partidos desde el minuto uno.

Los blanquiverdes solo pusieron ganas pero muy pocas ideas. Ni siquiera supieron poner balones arriba en busca de un remate que diera el empate. Lo que llegó fue el segundo del Éibar tras dejar Morales atrás a toda la defensa, sortear a Sáizar y marcar a puerta vacía.
Victoria justa del cuadro vasco, que se postula como un candidato muy serio al ascenso. ¿Seguirá el Córdoba confiando en que este año se puede? Mucho tiene que cambiar si quiere hacerlo realidad.