Keylor y los misterios del fútbol derrumban al Sevilla

Sólo los misterios del fútbol pueden explicar que Caparrós, con su Levante a cuestas, ganase con tres goles en tres ocasiones (el balance de tiros totales fue 25-7) nueve años después en el Sánchez Pizjuán. Los misterios y algún detalle más. Para empezar Keylor Navas, que dejó un catálogo galáctico de paradas entre los minutos 50 y 70. Luego Rakitic, que impresionado por una estirada modelo Gordon Banks del costarricense, ajustó tanto un penalti que lo lanzó al poste. Finalmente, la estrategia, apartado que es propiedad del Sevilla como normal general y en el que fue una calamidad. La noche señaló, especialmente, a dos sevillistas. Fazio hizo un penalti de alevín a Barral y se comió el remate de Vyntra en el 2-2. Beto, directamente, no paró ni una.

Sólo ese cocktail explosivo y la magia que hace única el fútbol explican la caída del Sevilla, agrietado en la defensa pero con muchos registros en ataque. Poderoso y con vigor a pesar de las precauciones de Caparrós, defensivo y agazapado a expensas de las ocurrencias de Barral, que estuvo fantástico. Tiene el Levante desde que regresó a Primera un gen único de pragmatismo que le permite ganar partidos casi por arte de magia. La vaselina de Coke, el coraje de Rakitic. Todo fueron papelillos en el aire a las doce de la noche. Hora bruja, victoria de brujas.