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Málaga | José Manuel Casado

"Le dije a Schuster que no se va a arrepentir de confiar en mí"

El calvario del lateral izquierdo sevillano toca a su fin. Casado ya está listo para tomar la alternativa y estrenarse con la camiseta del Málaga en un amistoso.

Actualizado a
Casado, listo para su vuelta
MARIANO POZODIARIO AS

El calvario se acaba...

—Pues sí. Cada futbolista tiene sus ambiciones y metas y cuando me lesioné se me cayó el mundo encima. En aquellos momentos había varios equipos importantes interesados por mí. Pero eso es pasado y ya veo la luz al final del túnel.

—¿Es verdad que le querían Everton, Valencia y Atlético de Madrid?

—Sí, pero eso es agua pasada. Ahora tengo que intentar recuperar mi mejor versión y para eso estoy trabajando.

—¿Cómo era un día suyo durante la recuperación?

—Los primeros días son duros porque no te puedes ni mover. Me levantaba e iba a FREMAP, allí estaba tres o cuatro horas y por la tarde hacía otras tres o cuatro horas de recuperación con Pedro Chueca (doctor con quien hizo el tratamiento). Él tiene un alto porcentaje de culpa de mi recuperación. Es una lesión para la que psicológicamente tienes que estar preparado. Y él me preparó para ser un sufridor. Mucha gente no se lo creerá, pero echaba ocho horas de trabajo entre gimnasio, piscina, natación, fortalecer, el masaje, movilidad...

—¿Cuál ha sido el momento más duro?

—Cuando me enteré realmente de la lesión que tenía. Se me cayó el mundo encima porque yo terminaba contrato (con el Rayo). Han sido muchos sufrimientos. Cuando llevaba tres meses y medio lesionado me llamó el Málaga. Estaba comiendo con mi agente, René Ramos, y me dijo que me tenía que dar una buena noticia. Todavía se me ponen los pelos de punta cuando lo recuerdo. Le pedí por favor que no se nos escapara esta oportunidad y afortunadamente soy el más feliz del mundo por venir aquí. Estoy muy agradecido a Schuster, a Vicente Casado, al Málaga, a toda la afición y a todos mis compañeros. El primer día que pisé el césped me sentí el hombre más feliz del mundo. Y ahora sólo me queda ponerme al cien por cien.

—El amistoso de esta tarde contra el Servette es una buena ocasión...

—Para mí va a ser la primera final que voy a tener. Si yo ahí me empiezo a encontrar bien, será muy importante para coger confianza y sensaciones.

—Quienes le conocen dicen que, en el momento que salga, Casado se come la banda.

—Yo digo que Casado es un hombre de equipo y que cada minuto intento dejarme el alma en el campo y eso haré. Este equipo es una piña y hay muy buen ambiente. Y eso me ha venido muy bien. Me lo han puesto más fácil. No dudo que volveré al cien por cien. Ese es mi objetivo.

—¿Qué le dijo Schuster cuando llegó?

—Lo único que me dijo fue que creía ciegamente en mí y que si no, no estaría aquí. Yo le dije: “Míster, muchas gracias por confiar en mí. No te vas a arrepentir”. Me dijo que volviera al campo cuando realmente estuviera bien. Que no por querer volver un mes antes estuviera después otro gran tiempo parado. Que tuviera tranquilidad y confianza.

—¿Es similar la ilusión que siente ahora a la que sentía cuando empezaba?

—No hay ni punto de comparación. El día que vuelva a jugar estaré mucho más feliz que cuando debuté. He sufrido mucho. El día que vuelva me sentiré muy orgulloso de mí y de la gente que ha estado a mi lado.

—¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?

—“Está permitido caerse, pero es obligatorio levantarse” . Eso me lo escribió René un día. Estaba siempre pendiente de mí. Me llevaba a comer, al físio, a todo. Mi mujer igual.

—¿Qué resumen hace de su trayectoria deportiva?

—Estuve desde los 12 hasta los 18 años en el Barcelona. Esos seis años me prepararon psicológicamente. Mis padres me enviaron con 12 años a 1.100 kilómetros de mi casa. Mi madre derramó muchas lágrimas y los dos lo pasaron mal y sintieron mucha impotencia cuando al final no pude firmar ese nuevo contrato allí. Yo sentía que por constancia me lo merecía. Después volví al Sevilla Atlético y en medio año me subieron al primer equipo. Luego estos dos o tres años en el Rayo han sido los mejores de Casado. Soy un futbolista con más experiencia y más asentado. Mucho más jugador.

—En la cantera del Barça coincidió con Messi...

—Jugamos juntos tres años y ya se veía lo que podía llegar a ser. En ese momento no hubiera podido decir que iba a ganar cuatro Balones de Oro, pero que iba a ser un gran jugador, se veía de sobra.

—Y al Málaga, ¿cómo lo ve?

—Podríamos estar más arriba y bastante más tranquilos. Viendo los últimos partidos, al Levante le dimos un meneo, al Valencia pudimos ganarle y al Atlético se le hizo frente bastante bien. Si tuviésemos cuatro o cinco puntos más, estaríamos en una posición bastante buena. El equipo se lo cree. Con balón ha mejorado bastante, antes estábamos más espesos. Estamos mejor, más intensos. Queremos acabar lo más arriba que se pueda.

—¿Espera estar en la próxima convocatoria?

—A mí me habría gustado entrar en la de la semana pasada, pero el míster hace su trabajo y decide.

—Antes de visitar al Levante, el equipo estaba sin lateral izquierdo (Eliseu se recuperó a ultimísima hora). ¿Se vio jugando aquel partido?

—Es una pena que eso no hubiese pasado ahora, con dos semanas más de entrenamientos. Claro que tenía ganas. Muchísimas. Si el míster me hubiera preguntado en persona, le habría dicho que sí. Pero al final se recuperó Eliseu, hizo un buen partido como todo el equipo y ahora a seguir y a pelear por un puesto.

—¿Tiene pensado cómo lo celebrará cuando vuelva?

—No soy de planificar ni pensar mucho ese tipo de cosas. Pero seguro que una gran cena con mi familia me tocará pagar. Y lo haré encantado.