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GETAFE

Moyá: "Me hace gracia que el Barça diga que tiene bajas"

"Dos cosas me hacen gracia de los grandes: cuando se quejan de los árbitros y cuando dicen que tienen bajas", explica el portero del Getafe.

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Moyá: "Me hace gracia que el Barça diga que tiene bajas"
JUAN JOSÉ LAHUERTAEFE

Miguel Ángel Moyá (Binisalem, 2 de abril de 1984), portero del Getafe, es uno de los hombres más importantes de su equipo. Junto a Pedro León, tal vez sea el jugador más mediático del conjunto madrileño, que se enfrentará el domingo al Barcelona con el objetivo de amargar el liderato al conjunto de "Tata" Martino y continuar en la lucha por los puestos europeos. Moyá es hombre de palabra fácil. Habla con propiedad, medita bien lo que dice y tiene un toque canalla que atrapa.

En una entrevista con EFE, habló del duelo ante el Barcelona, que jugará sin Neymar y Messi. Al guardameta balear le hace "gracia" que el club azulgrana diga que tiene bajas y, mientras afirma sentirse a gusto por estar en la agenda de clubes grandes, declara que eso no le quita el sueño porque se encuentra muy bien en su club.

Es uno de los jugadores más mediáticos del Getafe. Cada vez que se solicita una entrevista con usted, hay cola de prensa detrás esperando... ¿Por qué?

Al ser mi posición la de portero, en semanas como la del Barcelona siempre es un poco el atractivo. Coger al delantero y al portero del equipo que se van a enfrentar al Barcelona, pues son los jugadores más destacados. El delantero, porque marca y el portero, por si consigue anular a un equipo como el Barcelona. Por ahí van encaminadas esas entrevistas.

En su carrera, le he oído imitar a Manolo Lama en una radio, le he visto en una portada de una revista de moda, haciendo pizzas en un reportaje, en el programa "Pasapalabra"... ¿Le gusta hacer esas cosas? ¿Lo busca o le buscan?

Un poco las dos cosas. Para mí, la forma de ser del futbolista no sólo pasa por el terreno de juego. Creo que un futbolista es muchísimo más. Todo lo que no sea hacer tonterías, algo entretenido, divertido, que vaya más allá del "sí, bueno, creo que la verdad...", pues siempre me parece bien. Me gusta y va con mi personalidad. A lo mejor hay gente más introvertida que le da vergüenza. Pero con mi edad, 29 años, en el fútbol he podido vivir muchas cosas, elegir qué hacer o no hacer y relativizar el qué dirán.

Los porteros suelen ser más introvertidos, sin embargo usted es todo lo contrario. ¿Eso influye en el terreno de juego?

Sí. Hay jugadores que cambian mucho fuera del campo. No voy a dar nombres, pero imagina jugadores de la Liga que sean agresivos, que siempre están en líos. Pues fuera del campo son angelitos de la caridad. Muy amables y tranquilos. Se transforman. Yo no llego a ese extremo, soy más equilibrado en ese sentido. Fuera me gusta hablar, pues en el campo me gusta animar, comunicar e intento ser un jugador un poco moderno. Jugar fuera del área, jugar con el pie, ser atrevido...

Le oigo hablar y usted tiene un punto canalla, ¿de dónde ha salido?

Un poquito el tener que masticar la prensa desde tan joven. Debuté con 20 años en Primera y en los años anteriores estuve en las categorías inferiores de la selección. En el Mallorca me querían encasillar como esa joven promesa del club y siempre me he visto envuelto en eso. También la gente que me rodea y con la que me he juntado. En mi casa, tengo la suerte de que mi madre es muy extrovertida. Me parezco a ella y de ahí he desarrollado eso. Y mejorándolo, porque puedes ser extrovertido y meter muchas gambas.

Su ídolo era el portero Carlos Roa, que tiene un carácter totalmente opuesto al suyo...

Tuve la suerte de coincidir con él años después de aquel año sabático que se tomó por ideología. Es diferente a mí en cuanto a personalidad, pero es una bellísima persona. Era mi ídolo deportivo. Cuando estaba en las categorías inferiores del Mallorca, era un espejo. Tenía una manera de hacer las cosas bastante sobria y bien. Me he ido pareciendo a ese portero, pero con nuestros matices. En ese momento era mi ídolo futbolístico.

Tiene un saque de volea espectacular. En Getafe hay escuela con Abbondanzieri, muy argentina. ¿De Roa aprendió algo en ese aspecto?

Coincidí con Leo Franco, con Roa y con el Mono Burgos. Tenían esa tipología de saque en el que ladean la cadera para golpear el balón en ángulo recto. Pero en cuanto al saque de volea el mejor era el Pato. Sus saques planeaban muy bajo. Yo intentaba que mis saques llegaban rápido y para eso tienen que ir a una altura baja y planear bajo. Lo aprendí desde pequeño con esos porteros. Lo pulí por pesadez e insistencia mía. Muchos entrenadores, cuando me veían sacar así, como Luis García, me dicen: "¡¡Miguel, Moyaca, con la mano!". Pero siempre hago la broma de que cuando son más de quince metros, con el pie. Me gusta sacar con el pie y con la mano es raro. Me he adaptado a eso. A veces cuando saco con la mano, bromean.

Los veteranos del club le dirán que usted ha heredado sin querer el estilo del "Pato"...

Alguna vez. El "Pato" dejó huella. Era uno de los primerizos. Años atrás, la mayoría de porteros de la Liga sacaban con el balón arriba y bajaba con nieve. El "Pato" trajo esa escuela argentina. Ahora los porteros españoles, desde el fútbol base, entrenan sacando a su estilo. En la próxima década todos los europeos y españoles sacarán de esta manera lateral, con una precisión milimétrica.

Me gustaría preguntarle por algunos compañeros con los que coincidió en otros equipos. Qué le han enseñado o cómo le han marcado. Ballesteros y Marchena, por ejemplo.

Son el claro ejemplo que todo lo que demuestran en el campo, son todo lo contrario fuera. Ballesteros y Marchena, jugadores agresivos dentro, con todo tipo de picardías y de mala ostia, fuera del campo tienen un tono pausado de voz, amables, preocupado por lo que le puede pasar a su compañero, bien con su familia, todo calmado. Esos son Ballesteros y Marchena.

Arango e Ibagaza.

Arango es uno de los jugadores que es igual fuera y dentro. Era frío dentro del campo y tímido fuera. Es un jugador que no cambiaba de ritmo muchas veces, al trote, no le hacia falta por su zurda maravillosa. Ibagaza era desparpajo en el campo. Era el "caño" por los caños que le salían. Tenía una gran visión que traducida fuera del campo era muy inteligente, avispado, argentino rápido de mente.

Con Güiza coincidió en el Mallorca en su mejor año...

Güiza te enseña a ver las cosas con otra perspectiva. Viene una cultura diferente. Parece que se toma las cosas con cierta guasa. Pero es muy competitivo, siempre tiene ganas de marcar. Ese año fue Pichichi y si mete todas las que tuvo hubiese sido Pichichi para tres años seguidos. El rey del desmarque y de la definición.

Un día en una entrevista me dijo que la noche confundía a los futbolistas...

Eso es Güiza en plenitud de condiciones. Como aquello que dijo Dinio de que "la noche" le "confunde". Cada uno se confunde en lo que quiera. Hay que tener la cabeza bien amueblada. En esto sirve la experiencia. Todos cometemos errores en la juventud, en no saber gestionar nuestra vida. Pero tener la cabeza bien amueblada es importante siempre, pero sobre todo para los chavales que suben. Verse con éxito y dinero rápido es complicado de gestionar sin un buen entorno.

Con Iniesta coincidió en categorías inferiores de España. Le verá el domingo. ¿Cree que Messi, Neymar y muchas súper estrellas están un poco por encima de lo que son porque Iniesta les hace mejores?

Eso está pendiente de análisis. En las categorías inferiores siempre era el mejor jugador de la selección. Siempre era el jugador que respetaban todas las selecciones. Con 16 años hasta los 20. Ha seguido su camino, llamado a ser una estrella. Y hoy, en su posición, es uno de los tres mejores del mundo. Lo ha demostrado. Messi, no lo voy a discutir, pero teniendo por detrás a Xavi e Iniesta, le engrandecen mucho más.

Para el domingo se dice que faltan Messi e Iniesta. Pero de Víctor Valdés pocos parecen echar en falta su ausencia. ¿Es igual de importante?

Dos cosas me hacen gracia de los grandes: cuando se quejan de los árbitros y cuando dicen que tienen bajas. De los árbitros no voy a hablar.