El Valencia se deja sorprender por el Kuban pero acaba líder

Al Valencia el partido contra el Kuban Krasnodar de poco le ha servido, la verdad. Ni tan siquiera para ingresar los 400.000 euros que da la UEFA por victoria. Por no poder no ha podido hacer valer la ventaja que le ha dado el gol de Paco Alcácer, que junto al debut del canterano Gayà y la voluntad puesta por Míchel resume lo más relevante (para bien) de lo hecho por el Valencia.

El equipo de Djukic sigue sin disipar las dudas que transmite durante toda la temporada, y el Atlético de Madrid le espera el domingo en el Vicente Calderón. Solo con decir que Diego Alves ha sido el mejor de los blanquinegros, queda todo dicho, y eso que los rusos han hecho más bien poco.

Pasa el Valencia como líder de grupo, aunque cierra la primera fase de la liguilla de la Europa League con un empate, y una nueva pitada por parte del público de Mestalla.

De hecho los reproches de los apenas 8.000 espectadores presentes en el estadio ha sido lo relevante en lo negativo. A Postiga y a Pabón, llamados a ser los fichajes estrellas de la temporada, se les ha agotado el crédito o han terminado con la paciencia del respetable, según se mire.

El delantero portugués mostró síntomas de estar desquiciado y necesitado de hacer un gol como sea. Lo intentó, la verdad. Por arriba, por abajo, de cabeza, con el pie… sin embargo no hay manera que rompa su sequía que se prolonga más de cien días. Pero al menos él lo intenta. Lo de Pabón genera otras dudas. Lo suyo parece más cuestión de intensidad que de capacidad.

A Helder Postiga también le pasa otra cosa. En Liga, Jonas es el hombre gol y a la Europa League, Paco Alcácer le tiene tomada la medida. Y claro, como el chavalín ha tardado solo un minuto en hacer gol en las dos veces que ha salido desde el banquillo contra el Kuban Krasnodar, en Rusia y hoy en Mestalla, muchos se preguntan si no sería mejor que las oportunidades que tiene el luso las tuviese el canterano.

Alcácer aprovechó a la perfección un pase entre líneas de Banega. Buen desmarque y perfecta ejecución. Y no era fácil la definición, porque se quedó sin angulo.

Con ese gol el Valencia parecía que al menos le sacaría rentabilidad económica al partido. Pero ni esas. Se tuvo que conformar con 200.000 (los del empate) y gracias, principalmente a Diego Alves.

El guardameta brasileño, uno de los dos únicos titulares hoy que lo serán también contra el Atlético (el otro saldrá de la terna Ricardo Costa y Víctor Ruiz, que por cierto fue expulsado por una fea entrada a Sasnin), evitó que el Kuban Krasnodar se adelantara apenas comenzada la segunda mitad hasta en dos ocasiones, en ambas con el viejo rockero de Cissé como protagonista.

Lo que no pudo evitar Alves es que Melgarejo empatara a falta de siete minutos. Esa forma de poner colofón a la primera fase de la liguilla de la Europa League no gustó a un público de Mestalla que ve como el club está en venta y su equipo, ‘ni chicha ni llimona’.