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Sevilla

Iborra y Vitolo, novatos bendecidos en el derbi

“Increíble”, “impresionante” o “una locura” fueron las expresiones con las que definieron a AS lo vivido en la previa y en el partido. Sus teléfonos móviles rebosan de vídeos

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INTEGRADOS. Iborra y Vitolo posan en una de las esquinas de las callejuelas del barrio de Santa Cruz.
MIGUEL ANGEL MORENATTIDIARIO AS

Iborra y Vitolo llevan poco más de cuatro meses en Sevilla pero ése ha sido tiempo más que suficiente para que se adapten a la ciudad, al club y para forjar una amistad que trasciende del terreno de juego. Ambos responden al perfil que la secretaría técnica buscó este verano a la hora de fichar, que no es otro que jugadores con hambre por conseguir cosas en el mundo del fútbol. Y el derbi del domingo fue su primera conquista, en la que el valenciano marcó su primer gol de la temporada y el canario logró su primer tanto en el Sánchez Pizjuán.

“Increíble”, “impresionante” o “una locura” fueron las expresiones con las que definieron a AS lo vivido en la previa y en el partido. Sus teléfonos móviles rebosan de vídeos de las bengalas a la salida del autobús y de fotos del partido. “Esto es totalmente distinto al derbi canario”, afirmaba con rotundidad Vitolo. Iborra, por su parte, se mostraba extrañado por haber leído crónicas en las que se criticaba la actuación arbitral: “Para nosotros el árbitro pasó desapercibido y eso es lo mejor que puede pasar en un partido”, mientras que torcía el gesto al ver algunas de las fotos de Paulao llorando en el túnel de vestuarios. “Su semana va a ser muy dura”, sentenciaba Vitolo.

Su historia es parecida. Vitolo está debutando este año en Primera mientras que Iborra ha dado el salto a un equipo que debe aspirar a cosas superiores que el Levante. De ahí que reconozcan que se pasó mal tras las primeras cinco jornadas, pero que había confianza porque las sensaciones del equipo, además del optimismo que Emery transmitía al vestuario ayudó y mucho para superar ese mal inicio.

Pero el derbi los ha dejado muy marcados. Debutar con triunfo y gol en el duelo de máxima rivalidad sevillana es con lo que sueñan la mayoría de los niños de esta ciudad. Toca pasar página, pero a fuego quedará grabado en sus memorias aquel domingo 24 de noviembre.

Conciliar el sueño, imposible

Con el ambiente en los aledaños de Nervión desde varias horas antes que empezara el partido, dormir la siesta en el hotel fue casi imposible. Rakitic ya había avisado a los nuevos, pero lo que no esperaba Vitolo es que tras el partido, por el cansancio y la tensión, se pasara la noche en vela. Iborra, mayor y más experimentado, pidió a los servicios médicos una pastilla para dormir cuando se fue del estadio. Vitolo ya ha tomado nota para la próxima.