NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ajax - Barcelona

Sjaak Swart: “Yo no puedo entender lo que pasa con Cruyff”

Es el ‘one club man’ por excelencia. En Amsterdam reconocen que han tenido mejores jugadores que Swart, pero ninguno más querido que Míster Ajax, como se le conoce.

Actualizado a
Sjaak Swart: “Yo no puedo entender lo que pasa con Cruyff”

—¿Por qué le llaman Míster Ajax?

—Soy el que más partidos ha jugado en el Ajax y porque llevo 65 años en el club. Entré con 10 años y he cumplido 75.

—¿Cómo ha vivido los cambios en el equipo en el que usted entró de niño, luego dominó Europa y hasta ahora?

—Al principio éramos semiprofesionales, en los 60 Michels llegó y lo cambió todo. Nos hizo profesionales y dijo: “El que no quiera estar aquí para ganar ya puede coger la puerta e irse”. Algunos se fueron, pero él cambió la filosofía del club.

—¿También debió influir el talento de esa generación?

—Indudablemente. Se juntó una generación irrepetible con Cruyff a la cabeza, pero también estaba gente como Haan, Vasovic, Krol, Keizer, Hulsof, Neeskens, Rep o Suurbier. Y, modestamente, yo.

—Ese equipo revolucionó la manera de jugar a fútbol. ¿Cómo lo recuerda?

—Jugábamos de otra manera. Con los laterales subiendo al ataque; con los delanteros presionando a los rivales en su campo; con los centrales, que por entonces eran unos tipos grandes y no muy dotados que sólo achicaban balones, sacando la pelota jugada desde atrás para ser centrocampistas y tener superioridad; con los futbolistas intercambiando posiciones. Michels puso a centrocampistas de centrales y a extremos de laterales.

—Eso me recuerda algo.

—¡Claro! era como el Barça. Ellos tienen a Messi y nosotros teníamos a Cruyff.

—¿Cómo era Johan Cruyff cuando llegó al Ajax?

—Mire, yo le conocí cuando debía tener unos 10 años. Venía a recoger los balones que se escapaban de los entrenos y nos los devolvía al primer toque. Su padre, un gran hombre, trabajaba en el estadio y Johan siempre estaba en el campo viéndonos. Cuando entró en los infantiles, y no le exagero, muchos del equipo profesional íbamos a verles sólo para ver jugar a Cruyff. Era brutal.

—Las imágenes de esa época retratan a Johan como un chico extremadamente delgado y frágil, ¿pensaban que llegaría a ser el mejor del mundo?

—Era muy delgadito, pero fuerte en los hombros y con tantos huesos, daba unos codazos dolorosísimos.

—¿Sigue teniendo contacto con él?

—Somos muy amigos, el día de mi homenaje volvió a jugar y quiso que yo fuera el capitán del equipo, pero no se lo permití. El capitán era él. Es un símbolo para el Ajax y para el Barça­.

—¿Está al corriente de su situación en el club y de su relación con la directiva?

—Sí, viajo mucho a Barcelona. Estuve viendo el Barça-Real Madrid en el Camp Nou. El Barça es mi segundo equipo y también fui a ver el Barça B-Eibar.

—Se me va por las ramas

—Mire, es que no se puede entender lo que pasa con Cruyff en el Barcelona. Es, o debería ser, el presidente de honor. Ajax y Barça deben compartir el orgullo de tener a Johan. Ha sido el mejor entrenador del Barcelona y el hombre que cambió la manera de jugar, no ya del Barça, si no de la Selección española que nos ganó el Mundial. No puedo entenderlo.

—¿Cómo tampoco debió entender que fichara por el Feyenoord?

—¿Hizo eso? ¿En serio? no me acuerdo (risas). Fue por un problema de dinero. El Ajax no le apoyó y él se vengó yéndose al gran rival. Y nos ganó la liga. Pero eso está olvidado y perdonado. Si aquí hizo eso y no pasó nada, no sé que puede ser más grave para que el Barça no le reconozca.

—Hábleme de Michels.

—Para mí, es el mejor entrenador que ha habido nunca. Un hombre genial en lo táctico y muy carismático.

—En Barcelona dicen que daba un poco de miedo.

—Sí, es verdad. Era muy serio, gritaba mucho. Muy autoritario. De hecho, él era profesor de educación física, con lo que era un adelantado a su tiempo en este aspecto. Si llegabas un minuto tarde al entrenamiento, te enviaba a casa y te hacía volver por la tarde a correr solo.

—¿Le pasó a usted?

—Alguna vez, pero no tantas como a Cruyff. A pesar de ser el mejor del equipo, no le dejaba pasar una y le castigaba. Mientras daba vueltas a la pista, el resto del equipo nos sentábamos en la grada a reírnos de él.

—¿Ese gran Ajax es historia o puede volver?

—Es difícil. Tratamos de mejorar la cantera, pero no tenemos dinero para mantener las estrellas..