Brasil
El Cosmos ha vuelto con un gran proyecto que tutela Pelé
El Cosmos, equipo que hizo historia en los años setenta al unir en su plantilla a Pelé Beckenbauer y Carlos Alberto, ha renacido con vocación de continuidad.
El mundo del fútbol esta lleno de iconos, de referencias que se mantendrán por siempre. Uno de esos iconos, es el New York Cosmos. Y es que son muy pocos los aficionados al fútbol que no conozcan o no hayan oído hablar de este club. Esto fue así gracias a que fue el primer equipo que ya utilizara aquello de fichar galácticos, y que estos hicieran más universal al equipo y a su liga. Nombres como los de Pelé, Beckenbauer, Carlos Alberto y Neeskens ayudaron y mucho a lograr esa universalidad.
Una filosofía que casi treinta años después sigue vigente en el retorno del equipo otra vez al fútbol. Y es que la idea de sus nuevos dirigentes es la de repetir aquello que se consiguió en los 70. Y esto no es otra cosa que ser la referencia de su liga. Y es que el Cosmos no quiere llegar a la MLS, lo que se quiere es hacer que la NASL (competición considerada como una Segunda División), sea la competición de referencia. Un proyecto a largo plazo y que basa sus fundamentos, en las estructuras y la forma de trabajar de las competiciones europeas.
Las bases del nuevo Cosmos son: un buen equipo, un gran estadio, una buena cantera y una gran marca mundial. Así el Cosmos quiere volver a renacer como hizo en 1970 y de la mano de dos hermanos turco-estadounidenses (Nesuhi y Ahmet Ertegün), que dirigían la Atlantic Records y que a su vez formaban parte de la Warner Music de Steve Ross. Ahora el nuevo proyecto nace de las manos de un grupo inversor americano, que preside Seamus O’Brien que sustituye a Paul Kempsley, un ex vicepresidente del Tottenham Hotspur y que se hizo en 2009 con los derechos de la franquicia.
El Cosmos comenzó a competir en la recién creada NASL (North American Soccer League) y lo hizo jugando en el Yankee Stadium en 1971. Al año siguiente ganó su primer título. Algo que se repite otra vez ahora, ya que el equipo ha tardado sólo medio año en sumar su primer titulo en su retorno, al ganar la competición de otoño.
El fichaje. Pero volviendo al pasado y a pesar del primer título en el 72, el Cosmos no atraía a los aficionados. En ese momento Steve Ross decidió dar un cambio radical que llegó en 1975, cuando se decide hacer una inversión que genere una gran agitación y ficha al mejor jugador de todos los tiempos, como es Pelé.
Su llegada supone un golpe de efecto deportivo, social y mediático y pasa a una media de casi 50.000 espectadores, por los poco más de 5.000 de los primeros campeonatos. El equipo encadena cuatro títulos (77, 78, 80 y 82) en seis temporadas. Años en los que llegan Beckenbauer y Carlos Alberto, que junto a Pelé, formaron la plantilla de 1977, siendo ésta la última del gran astro.
Incluso Cruyff pudo formar parte de esa plantilla, pero tras unos amistosos el holandés prefirió fichar por Los Angeles Aztecas en 1979. Estos fueron los años dorados del Cosmos. Entonces jugó contra equipos como Bayern, Barça, Manchester City, Juventus, Roma y el Santos, en el partido que sirvió para despedir a Pelé. Después llegó el ocaso y la bancarrota. Fue en 1983 cuando la Warner se desvinculó y ello obligó a deshacerse de los mejores jugadores y el equipo perdió potencial. Este declive duró hasta que en 1985 desaparece la liga y con ello el club pasa a disputar un torneo de fútbol Indoor, pero solo compite un año y desaparece.
Al frente del club estaba un exjugador como el italiano Giorgio Chinaglia, quien además de ser el máximo goleador de la historia fue su último dirigente y el que vendió la franquicia a Peppe Pinton. Fue en 2009 cuando tras la compra de los derechos por Paul Kempsley el Cosmos volvía a latir. En 2010 se anuncia la vuelta, con Pelé como presidente de honor y Cantona como director deportivo, pero no llegó a cuajar. Pero es ahora con Pelé como presidente honorífico, con Seamus O´Brien de presidente y con un venezolano como Giovanni Savarese de técnico y Senna como líder cuando parece haber vuelto para quedarse.