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BARCELONA

La lesión que padece Messi es muy peligrosa si se trata mal

Es su quinta lesión idéntica en este año y la tercera en lo que va de temporada, motivo suficiente para generar numerosas incógnitas.

Actualizado a
La lesión que padece Messi es muy peligrosa si se trata mal
AFP

El bíceps femoral es hoy la lesión más famosa del mundo por cortesía de Lionel Messi, quien ahora vuelve a sufrir una dolencia que requiere unos cuidados que quizá no extremó.

Messi se rompió el bíceps femoral de la pierna izquierda en los primeros minutos del partido del domingo ante el Betis y su tiempo de baja será cercano a los dos meses. Fue su quinta lesión idéntica en este año y la tercera en lo que va de temporada, motivo suficiente para generar numerosas incógnitas.

La dolencia en el bíceps femoral es conocida entre los expertos como "la lesión de los velocistas", un término que también se puede aplicar a Messi por su estilo de juego, tan explosivo y basado en los esfuerzos cortos. Cerca de un 40 por cierto de los deportistas lo ha padecido en algún momento.

Muchas son las causas que determinan la lesión, pero una de las más importantes es no haber curado bien (cicatrizado) una misma dolencia anterior.

"Las lesiones del bíceps femoral suelen estar entre las dolencias musculares más graves y el tiempo de convalecencia si hay rotura fibrilar debería estar entre cuatro y seis semanas de baja", dijo a dpa el doctor Mikel Aramberri, traumatólogo deportivo del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y ALAI Sports Medicine Clinic.

La lesión en una persona corriente tarda en curarse más de cuatro meses.

Dada la escasa información que facilita el Barcelona en sus partes médicos es imposible saber con certeza cuál debería ser el tiempo de baja recomendado para cada lesión muscular, pues éste depende del grado y de si hay rotura.

Los factores que propician la aparición de esta lesión son varios, como relata Aramberri: "Dieta, fisonomía del atleta, tipo de entrenamientos, sobrecarga de partidos, estrés, descanso y existencia de lesión previa".

Y leyendo esta enumeración, se puede decir que Messi está en el grupo de "máximo nivel de riesgo".

"La alimentación es muy importante para prevenir y tratar este tipo de lesiones. La dieta debe ser rica en nutrientes, agua y glutamato", explica Laura Febrel, directora de Clínicas Dinamia Fisioterapia.

En los últimos días la prensa española especuló con la posibilidad de que Messi hubiera descuidado en los últimos tiempos la alimentación y también se supo que había contratado una dietista nueva que incluso le acompañaría en los viajes.

La fisonomía del atleta es otra de las causas más importantes de aparición de la lesión. Y Messi, con su bajo punto de gravedad y explosividad, es un futbolista que entra dentro del perfil de mayor riesgo.

El tipo de entrenamientos también marca el desarrollo de la lesión, aunque como las sesiones de trabajo en el Barcelona no son públicas es imposible saber cómo se prepara Messi.

"Es fundamental calentar bien antes y después del trabajo, y realizar un entrenamiento orientado a los estiramientos", recomienda el doctor Aramberri.

El estrés y la falta de descanso también predispone, y Messi tampoco sale beneficiado en este aspecto. Terminó la pasada temporada con una lesión en el bíceps femoral y gastó casi todas las vacaciones recorriendo 90.000 kilómetros por todo el mundo para atender compromisos promocionales.

Ese es el peaje que se paga cuando, como Messi, se ingresan 57 millones de dólares anuales por publicidad y patrocinios.

Y la lesión muscular se vuelve más recurrente cuando existe un historial de lesiones previas como tiene Messi. De las 11 lesiones que ha padecido el argentino en su carrera profesional, nueve han sido musculares. Razón suficiente para extremar los cuidados.

"Ahora Messi debería comenzar un tratamiento destinado a cicatrizar el músculo con ejercicios excéntricos, estiramientos y la llamada electrolisis percutánea intratisular (EPI), que ha demostrado contribuir a organizar eficazmente las fibras musculares", explica Febrel.

El futbolista argentino tendrá que aplicar ahora la paciencia, algo que soporta mal una persona que sólo es plenamente feliz jugando al fútbol.

"Tras recibir el alta deberían pasar unas dos semanas para que adquiera el ritmo. Con una correcta terapia y un buen mantenimiento, no deberían quedarle secuelas", añade el doctor Aramberri, con vistas a una temporada que tiene su punto culminante en el Mundial de Brasil.