Real Madrid | La intrahistoria
La confianza empuja a Karim
Hay varias claves que descifrar para explicar el gran momento que atraviesa, pero la primera tiene que ver sin duda con la inmensa confianza que le prodiga Ancelotti.
Resulta muy fácil ver una relación directa entre la suplencia de Karim Benzema en el Camp Nou y su posterior ‘renacimiento’. El francés acaba de realizar cuatro partidos de ensueño (cuatro goles y tres asistencias). Por ello, mucha gente opina que el ‘castigo’ de Ancelotti en el Clásico le ha despertado y que le hacía falta verse suplente para que reaccionase de una vez. Nada más lejos de la verdad. Karim no es de esos futbolistas que necesitan el palo y la zanahoria. Asustarle con reprimendas no funciona con él.
Hay varias claves que descifrar para explicar el gran momento que atraviesa el delantero galo, pero la primera tiene que ver sin duda con la inmensa confianza que le prodiga Ancelotti. Estar en el banquillo no fue entendido por Benzema como un palo sino como una decisión táctica del entrenador. Sabía que iba a recuperar su puesto al partido siguiente porque era consciente de que Carletto estaba contento con su trabajo. No siempre salta a la vista, pero el delantero cumple con las órdenes de Ancelotti. Así que Karim tenía la conciencia tranquila.
La otra clave tiene que ver con la evolución de todo el equipo y con la propia percepción que la gente tiene del papel de Benzema. Cuanto más se dibuja el estilo del Madrid de Carletto más se aprecia la utilidad de este número nueve tan especial. Añadir una bala a la derecha del ataque (Bale) y otra bala a la izquierda (Cristiano) hace indispensable que el punta sea inteligente, sepa asociarse y, sobre todo, ponga la pausa necesaria.
Hace poco Jorge Valdano lamentaba en la radio que “esta frialdad tan valorada antes en un futbolista ya no esté de moda”. Desde que se ha implantado el tridente al frente del ataque madridista se ve mucho mejor lo importante que puede ser el delantero galo. Benzema no ha cambiado. Es el contexto que es diferente y su talento ya se entiende. Por fin.