NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Juventus - Real Madrid

Pessotto: "Supimos que fue fuera de juego después de la final"

Recuerdos agridulces del Madrid. El primero, de la 1995-96, ganaron a los blancos en cuartos para alzar la Copa de Europa después. El segundo: cayeron en la final de 1998.

Actualizado a
Pessotto posa para AS con la última camiseta que vistió.
Carlos Martínez

¿Qué recuerda de sus enfrentamientos con el Madrid?

Juventus Football Club
Real Madrid Club de Fútbol

El primer recuerdo es muy positivo. Jugamos en cuartos de la 1995-96. Sabíamos que era la verdadera final. Lo que venía después era menos difícil, y fue así (ganaron la Champions al Ajax). Entonces la Juve andaba muy mal en la liga; toda la energía estaba centrada en la Champions. En el Bernabéu aguantamos con un 1-0...

¿Qué recuerda de su visita?

El día anterior al partido estuvimos quince minutos allí parados en el vestuario, antes de entrenar, callados, impresionados por aquel coliseo vacío. Fue como una regresión a la infancia. Pensé en muchas historias que había visto en ese estadio por televisión, y sentí algo indescriptible.

¿Y la vuelta?

Increíble. Ya habíamos dado por terminado el Calcio. Y cinco días antes de la vuelta habíamos jugado un amistoso con un Tercera y lo habíamos perdido. ¡Lippi nos quería matar! Nos concentró cuatro días en las afueras. Yo marqué en aquel partido a Laudrup, un símbolo para la Juve. Estaban Hierro, Míchel, Zamorano y un piccolo Raúl.

Dos años después fue la final de 1998. ¿Tiene en la cabeza el gol de Mijatovic?

¡Y no se borrará nunca! Ninguno vio que era fuera de juego y ninguno protestó.

Entonces, ¿por qué se quejaron después?

Lo vimos justo después del partido, en el vestuario. No se puede cambiar esto. Era el momento contrario a aquellos cuartos. El Madrid, muy mal en su campeonato y nosotros, genial. No perdimos por el fuera de juego, sino porque habíamos jugado un poco mal para poder ganar.

¿Qué hace ahora en la Juve?

Trabajar con los jóvenes. Lo hago con pasión y placer por estar todo el día en contacto con los sueños y las aspiraciones de los nuevos jugadores.

¿Qué intenta transmitirles?

Un abanico de errores que no tienen que cometer. Y la manera de crecer paralelamente como hombres, no sólo como jugadores.

¿Quién empezó a llamarle Il Profesorino?

Fue por mis gafas, mi vestimenta.

¿Es usted abogado, no?

(Risas). No, no... Es otro bulo. Es porque llevaba siempre un libro en la mano. Había mucho tiempo para leer entonces. Me gustaban los clásicos.

¿Su autor preferido?

Puede que Dostoievski. Pero hay otros, Coelho...

¿Se sentía un elemento extraño dentro de su mundo?

No tanto por mí, pero sí que otros me hacían sentir diferente al resto de jugadores y eso no me gustaba tanto.

Usted habló por primera vez de su accidente (intentó suicidarse tirándose por una ventana de las oficinas del club) en este periódico dos años después del suceso, en 2008. ¿Ha llegado a alguna conclusión?

Es la vida. Suceden cosas que no te esperas y que no puedes controlar.

¿Qué sucedió cuando dejó el fútbol?

No fue un momento positivo, no sólo por dejar el aspecto más divertido, la adrenalina, estar siempre a mil, algo difícil de asumir, sino por todo lo que estaba sucediendo en el club.

¿El Moggigate?

Aquello ponía en discusión todo el trabajo de una vida.

¿Le afectó mucho?

Fue doloroso. Había dado mi vida por una pasión y de repente todo me fue robado. Lo he hablado con todos mis compañeros, ganábamos porque éramos los mejores.

¿Tuvo algo que ver con su accidente? ¿Cómo recuerda hoy lo que sucedió?

Como ya comenté entonces, sufrí un black-out. No recuerdo nada, sólo hay un antes y un después.

¿Cuál es su último recuerdo?

Una gran pena, soledad, un abismo. Me desperté en la cama del hospital, sólo podía mover el cuello (cayó de un tercer piso, le encontraron en el suelo con un rosario en las manos; sufrió varias fracturas en la pelvis y extremidades), preguntando qué había pasado.

¿Cómo lo superó?

Hubo un gran trabajo de reconstrucción de lo sucedido con los médicos. Es doloroso. Después, el trabajo más importante no es pensar en lo que pasó, sino en lo que viene. Ahora soy feliz estando junto a los jóvenes, teniendo sensaciones parecidas a cuando jugué.