Barcelona
El mito sigue enfrentado a la presidencia de la entidad
Cruyff y el club mantienen una nula relación. "Mi relación con Rosell no es ni buena ni mala, es inexistente", explicó la semana pasada Johan Cruyff a RAC 1.
Cuarenta años después de que Cruyff llegara a un Barcelona de la mano de una junta presidida por Agustí Montal de la que se siente heredero ideológico Sandro Rosell, cuyo padre ejerció el cargo de gerente a partir de 1975, Cruyff y la entidad mantienen una nula relación. "Mi relación con Rosell no es ni buena ni mala, es inexistente", explicó la semana pasada Johan Cruyff a RAC 1. No deja de ser esperpéntico que una figura tan trascendental de la historia de la entidad blaugrana viva enfrentado a la directiva hasta el punto que en su día devolviera ante las cámaras la insignia que le otorgó Joan Laporta y que le acreditaba como presidente de honor y que denuncie que "Rosell siempre habló mal de mí a mis espaldas".
Por su parte, el actual presidente del club, que se declaró este verano en 8TV "más Cruyffista que Cruyff", reconocía que "a nivel institucional me sabe mal que Cruyff no venga al palco, pero a nivel personal, no". La situación es tan kafkiana que Cruyff se ha llegado a posicionar a favor del Ajax en el enfrentamiento entre ambas entidades. Todo un embrollo que en cualquier otra institución sería impensable, pero esto es el Barça.