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SUPERCOPA DE EUROPA

Guardiola mantiene la ventaja sobre Mou en su duelo particular

Pese a la victoria del Bayern en los penaltis, estadísticamente es el sexto empate que se produce en enfrentamientos directos entre equipos dirigidos por el catalán y el portugués.

Actualizado a
Pep Guardiola celebra con Ribéry el empate a un gol.
THOMAS EISENHUTHEFE

Josep Guardiola y José Mourinho se habían medido hasta en quince ocasiones previas al encuentro de esta noche que enfrentó a Bayern Múnich y Chelsea en Praga, pero en ninguna de ellas lo habían hecho con un título europeo en juego. Es por ello que la lucha por la conquista de la Supercopa de Europa adquiría un significado especial para dos de los mejores entrenadores del fútbol europeo en los últimos tiempos.

Chelsea
Fussball Club Bayern München

Pese a que en la previa ninguno quiso profundizar sobre los capítulos anteriores de la rivalidad que ambos protagonizan, la victoria del Bayern en los penaltis supone un espaldarazo a la forma de concebir y vivir el fútbol del técnico catalán respecto a la de su homólogo en el banquillo del Chelsea, aunque este no salga mal parado por el empate a dos tras la prórroga y el tiempo reglamentarios.

La reedición de la final de la Champions 2011/2012 –con victoria para los londinenses, entonces dirigidos por Roberto Di Matteo, sobre los pupilos de Jupp Heynckes en la tanda de penaltis– en el Estadio Eden de la capital de la República Checa ha supuesto el sexto empate en los enfrentamientos directos entre equipos entrenados por el luso y el español. De esta forma, la estadística continúa favorable al catalán con siete triunfos, seis empates y tan sólo tres derrotas.

La primera vez que ambos midieron sus fuerzas en los banquillos fue durante la primera jornada de la Champions 2009/2010 en San Siro. El partido acabó con un empate sin goles. Por aquel entonces Mou entrenaba al Inter de Milán y Pep afrontaba su segundo curso al frente del Barcelona. Dos meses más tarde, en la vuelta de la fase de grupos el club catalán se impuso por 2-0 en el Camp Nou. El destino quiso que ambos conjuntos volvieran a verse las caras en semifinales con un premio muy apetecible para ambos: el Inter volver a disputar una final de la Liga de Campeones 38 años después y el Barça tener la posibilidad de ganar la ‘Orejona’ en el Santiago Bernabéu. En la ida, el cuadro interista se impuso 3-1, haciendo imposible la remontada de los catalanes en Barcelona pese a la victoria por 1-0.

Aquella penúltima ronda deparó varias acciones polémicas con goles en fuera de juego y expulsión de Motta incluida, aunque para el recuerdo queda la imagen de Mourinho acercándose a Guardiola durante el encuentro con Ibrahimovic de testigo. “En condiciones normales vamos a ser campeones”, dijo el luso en el oído del español. Horas después, la instantánea de José celebrando la clasificación con los aspersores del Camp Nou encendidos ocupó buena parte de las portadas de los diarios de todo el mundo.

Las dos temporadas siguientes, el duelo que libran los dos laureados entrenadores pasó a convertirse en un asunto doméstico con el fútbol español como beneficiario. La manita que le endosó el Barcelona al Real Madrid supuso el mayor revés para un equipo entrenado por Mourinho. Aquella dolorosa derrota cambiaría los planteamientos del portugués de cara a los sucesivos duelos contra los culés. Con la Copa del Rey, merced a un cabezazo de Cristiano Ronaldo en la prórroga, Mourinho consiguió su primer título con el club blanco y deshizo la posibilidad de que el de Santpedor pudiera repetir el triplete logrado el año anterior. De hecho, el Barça ganó la Liga y la Champions, dejando en la cuneta a los madridistas en las semifinales de esta competición. Un doblete de Messi en la ida del Bernabéu decidió la eliminatoria, haciendo intrascendente el 1-1 que se produjo en la ‘Ciudad Condal’ una semana después.

Aquella tormenta de Clásicos llevó la rivalidad entre Madrid y Barcelona a cotas de tensión nunca vistas hasta entonces. En la comparecencia anterior al comienzo de la eliminatoria entre los dos colosos, Guardiola sorprendió a diestro y siniestro al saltarse su guión habitual y estallar ante la prensa tras las sucesivas provocaciones de Mourinho. “En esta sala él es el puto jefe, el puto amo, es el que más sabe del mundo”, expresó. La expulsión de Pepe en el partido de ida encendió los ánimos del por entonces técnico madridista que no dudó en responderle 24 horas después: “Guardiola ganó una Champions que a mí me daría vergüenza haber ganado”, comentó en alusión al duelo de Stamford Bridge entre Chelsea y Barcelona en las semifinales de 2009.

Al comienzo del curso 2011/2012, madrileños y catalanes volvieron a verse las caras en la Supercopa de España, ganada por el Barça, pero recordada por el dedo que Mourinho le metió a Tito Vilanova –por entonces segundo entrenador azulgrana- en el ojo. “Las imágenes hablan por si solas. No se pueden hacer estas cosas. Algún día nos haremos daño y todos somos responsables de ello”, comentó posteriormente Pep, en unas declaraciones que resultarían premonitorias poco después cuando anunció su marcha al término de esa misma temporada.

Con el paso de los meses y tras conocerse la enfermedad de Vilanova, los ánimos fueron calmándose. Los dos grandes se enfrentaron en cuartos de final de la Copa del Rey, con resultado favorable para los catalanes tras la victoria culé en la Castellana (1-2) y el empate en la Ciudad Condal (2-2). Anteriormente, los culés obtuvieron un nuevo y justo triunfo liguero en el feudo madridista por 1-3 –gran actuación de Alexis-, aunque en la vuelta Mourinho consiguió, por fin, vencer en el Camp Nou por 1-2 con tanto decisivo de Cristiano y sentenciar su única Liga como técnico blanco.

Tras el retiro de Pep y su posterior año sabático en Nueva York, los duelos entre ambos titanes de los banquillos –con sus librillos tan opuestos como variados tácticamente- se detuvieron hasta que en una noche de finales de verano en Praga ambos volvieron a reencontrarse y retomaron un pulso que ya forma parte de la historia del fútbol. El gran partido jugado por Bayern y Chelsea así lo atestigua.