El Valencia no encuentra el gol

El Valencia no encuentra el gol en Alemania. No al menos esta tarde en Mannheim. Empate a cero ante un modesto histórico germano y gracias. No van las piernas como se requiere para afrontar un partido y se nota en los metros finales. Al Valencia le falta frescura y gol, el que le tiene que dar Soldado, nombre propio donde los haya este verano en el club ché. Djukic sigue sin conocer la victoria en sus dos primeros partidos y el sábado se enfrenta al primer hueso duro, el Stuttgart.

Los partidos amistosos son, para unos, un entrenamiento con el que coger la forma, llámese Banega o Feghouli, que ante el Waldhof Mannheim se reencontraron con el fútbol tras sus vacaciones. Pero, para otros, los bolos veraniegos son su escaparate, su oportunidad, y si alguno está aprovechando los que está disputando el Valencia por Alemania ese es el canterano Fede Cartabia, que volvió a demostrar que tiene maneras y personalidad. En los tiempos que corren por el fútbol y más en España, mirar por el retrovisor y ver chavales como el argentino que tiene el Valencia en su filial anima a cualquiera.

Al Valencia le sigue pasando factura en los partidos la exigencia física de los entrenamientos de Djukic. Siguen sin ir las piernas y en los metros finales se nota. Si a ello le sumamos algún que otro desajuste defensivo, da como resultado que en la primera mitad el Waldhof tuviera casi las mismas ocasiones que el Valencia, que hablando de un cuarta división germano es para que sus aficionados lo celebraran. Diego Alves salvó a los suyos en un mano a mano con Franzin, mientras que Paco Alcácer se quedó con las ganas de agradecer con gol las palabras de apoyo de su presidente el día anterior. Tuvo la mejor ocasión ché, pero su disparo fue a las manos de Knödler. Tranquilidad con Alcácer.

Más allá de Fede y Alcácer, destacar el querer agradar de Piatti y la visión de Parejo. También las idas y venidas de Cissokho. Más cargadas parecían las piernas de la línea defensiva. Les cuesta cerrar las líneas y la presión tan arriba que les pide hacer Djukic les machaca las piernas cuando les toca recular cuando les pillan a la contra.

Tras el descanso, como ante el Karlsruhe, Djukic cambió a los once. Pasó entonces a jugar con un 4-3-3. Primeros minutos juntos de una dupla de la que mucho va a depender este Valencia, la que forman Oriol Romeu y Éver Banega. El argentino gana más peso si cabe con Djukic al mando. Ya es capitán de la nave. Pero él, como todos, está lejos de su óptima forma y la segunda mitad transcurrió como la primera. Si cabe hasta en ese periodo se debe dar por bueno el empate, porque el Waldhof para nada dio sensación de ser un equipo de cuarta división. No al menos ante el Valencia que se vio en el Carl-Benz-Stadion, un coqueto recinto patrocinado por la marca de coches y que hace algo más de una década vivía encuentros de la Bundelisga.

Jonas, que sin Valdez y a la espera de Soldado es el ‘9’ con más papeletas de ser titular, dispuso de la mejor ocasión che, un mano a mano que envió a la grada. Pero, lo dicho, si un equipo buscó el gol con ahínco, ese fue el Waldhof. Pudo lograrlo si el colegiado hubiera visto unas manos de Víctor Ruiz en el área. Otro penalti del central por manos. Como ante el Karlsruhe. Pero este el árbitro no lo pitó. También es cierto que si el central no se hubiera lanzado con todo a por el balón, el Waldhof hubiera marcado a placer, porque a la contra se plantaron dos prácticamente solos en el área de Vicente Guaita, posiblemente el más acertado de todos sus compañeros en la segunda mitad.