El Real Madrid juvenil gana la Copa veinte años después

El Real Madrid tendrá una Copa del Rey de fútbol en su vitrina de la temporada 2012-13. Lo que no pudieron los mayores, con aquella derrota por 1-2 ante el Atlético en la final del Bernabéu del pasado 18 de mayo, lo lograron ayer los Juveniles blancos. Doblegaron en Vera (Almería) al Athletic del temible Iñaki Williams gracias al talento de otro delantero feroz, el cristianesco Raúl De Tomás, el liderazgo de Melero y la gran esperanza de Perú, el internacional absoluto Cristian Benavente.

La Fábrica se impuso a Lezama y rompe una sequía de veinte años sin levantar el trofeo (Rafa Benítez era el técnico de aquel equipo campeón de 1993). Ramis gestionó magistralmente la mente de sus jóvenes pupilos para borrar de sus cabezas el decepcionante tropezón de la pasada Copa de Campeones (un doloroso 4-1 ante el Celta) a la que iban como favoritos al trono. Con un orden táctico de matrícula cum laude minimizaron las muchas virtudes de un Athletic que comparecía tras apear consecutivamente al Barça (con un 5-0 en Bilbao) y al Atlético...

Todo el fútbol blanco emanó del torrente de su pequeño general sobre el campo, Gonzalo Melero. Sin Medrán, baja por lesión, y con Lucas Torró de socio, el capitán madridista estuvo a punto de abrir el marcador en el minuto 26 en una jugada en la que dibujó un regate con las puntas de los pies. Menos de dos minutos más tarde, a Melero se le volvió a encender la bombilla, en este caso para abrir un balón exquisito para el esprint al hueco de Ismael, éste buscó a De Tomás y este martilleó dos veces a Remiro hasta que metió el balón en la red.

Los cachorros bilbaínos, con Williams, su torre vasca de ébano, enmarañada por la pizarra de Ramis y la disciplina espartana de los centrales madridistas Iván Sáez y Jaime, apenas mostraron fogonazos con Yurgui o Unai López. Y cuando el balón llegaba a su propia línea de 22, Benavente, De Tomás y Lozano les hacían castañear los dientes.

En una de esas internadas, el peruano hizo un guiño al inicio del Tour de Francia con una bicicleta preciosa ante las narices de De Eguino que obligó al mediocentro vasco a agarrarlo primero y derribarlo después con la rodilla. Fernández Borbalán, a la sazón colegiado de la final, señaló el punto de penalti. Benavente falló en primera instancia con una felina estirada de Remiro, pero el 10 blanco fue el más listo, no se quedó lamentándose y se entregó como un poseso a por el rechace. Se adelantó a Santamaría lanzándose al pasto para firmar un 0-2 psicológico al filo del descanso.

El Athletic no se resignó con su habitual estilo corajudo aunque solamente se acercó al gol seriamente con un zarpazo con el exterior de Yurgui que buscando maliciosamente la escuadra en el 53’ y un remate de Williams en el 80’. Pero el final de la exhibición blanca volvió a tener al mismo triunvirato ejecutor. Melero inició la jugada, De Tomás miró al tendido mientras la desviaba con la puntera el balón al hueco para Benavente, que la puso al interior del poste. Un 0-3 sencillamente magistral. Ya completamente desatado, apenas dos minutos después, se puso el traje de Supermán para volar y darle un pase medido por encima de la zaga a Carrallo, que se unió a la fiesta con el 0-4.

El Juvenil de Ramis recoge el testigo de aquel equipo de Toril vencedor de la Copa de Campeones 2010 con Carvajal, Morata, Sarabia, Álex y Rodrigo. Valdebebas sigue funcionando a pleno rendimiento...