"En el Madrid me enseñaron a ganar con respeto y educación"

Con 53 años no hay muchos entrenadores que puedan sumar un bagaje similar al de usted. Ahora, el Nápoles.

Yo me siento muy orgulloso de mi carrera, en la que no he hecho más que trabajar mucho y con mucha ilusión allá por donde he pisado. Ahora el Nápoles, sí, y es el Nápoles porque fue el club y el presidente que más se interesó por mí al saber que no seguiría en el Chelsea.

Usted sabía que el Chelsea era una estación de paso donde se esperaba a Mourinho...

En el Chelsea todo el mundo sabía que a final de temporada llegaría Mourinho. Pero a mí no me restó ilusión y fuerza para volcarme en la consecución de los objetivos. Y conseguimos la Europa League, lo que habla de la seriedad sin fisuras en un trabajo de equipo sensacional.

Dígame cómo llega Rafa Benítez al Nápoles, que no parece un club muy ajustado a su perfil.

Pues estoy aquí porque Aurelio de Laurentiis, el presidente del Nápoles, tomó un día un vuelo privado y se presentó en Londres para conocerme. Un esfuerzo así te predispone a suponer que este presidente tenía un interés muy firme por contratarme y ponerme al frente de un proyecto. Este hombre cogió al equipo en Tercera y mire donde lo tiene. Lo hablamos, me contó lo que quiere, le expliqué mi método de trabajo y estábamos en la línea de entendernos. Puso el Nápoles a mi disposición.

De Laurentiis, un hombre de cine,  extrovertido, poco sujeto a los cánones.

Es un personaje. Yo alucino con su control de las cosas. Está en todo y trabaja veinticuatro horas. Me sorprende continuamente. Lo que quiere, lo tiene, siempre con las ideas claras. Mire, por sorprenderme le cuento que me acaba de decir que al finalizar esta entrevista nos sube a su helicóptero a mi mujer y a mí y nos lleva dos días a Capri. Yo tenía pensado buscar casa en Nápoles, pero... (Di Laurentiis se encuentra en su despacho, anexo a la sala donde entrevistamos a Benítez en Castelvolturno).

Le veo motivado como un chaval con este proyecto.

Mire, el ambiente es sensacional. Los tifosi me aclaman por la calle, me llaman 'Rafé, el Rey de Nápoli', recordando el paso de los españoles por estas tierras. Hay una pasión en Nápoles por el equipo como en ninguna otra ciudad en las que he trabajado. Aquí el fútbol es una forma de vida.

¿En el Nápoles va a ser sólo entrenador o también mánager?

Tenemos a Riccardo Bigon como mánager y trabajaremos de la mano. Me volcaré en principio más en el papel de entrenador para crear una base fuerte de equipo.

Dígame si va a buscar en el mercado español para hacer un 'Spanish Nápoles' como aquel 'Spanish Liverpool'.

¿Dónde se juega bien al fútbol? En España. Pues allí buscaremos algo que se ajuste a lo que necesitamos. Sin duda aquel Spanish Liverpool hizo leyenda, Pero tampoco me obsesionan las nacionalidades de los buenos jugadores. (sonríe)

Por ejemplo... ¿Quiere a Callejón?

Es un futbolista interesante, pero en el Madrid aún no saben lo que tienen en venta o lo que van a fichar. Tendrá que llegar el nuevo entrenador para decidir qué ponen en el mercado.

Hablemos de su discutida idea del fútbol. Dicen sus detractores que... (me interrumpe)

Que soy defensivo ¿verdad? Pues no entiendo por qué dicen eso de mi. Es un tópico que se ha corrido y parece que mis equipos nunca juegan al ataque. Le diré que todos mis equipos han hecho goles y posiblemente más de sesenta goles por temporada.

¿Entonces?

Pues que se habla mucho y no se para del fútbol bonito, del fútbol vistoso, pero para mí el fútbol es equilibrio: tenemos que meter goles, naturalmente, pero también intentar que no nos hagan gol. Es la primera premisa para tener un equipo competitivo y ganador. Esto es el ideal en mi estilo de juego.

¿El estilo Benítez se mira en algún espejo?

Yo siempre he dicho que mi origen está en lo que hizo Arrigo Sacchi. Que me gusta jugar con un sistema 4-2-3-1. Pero también es cierto que con el tiempo me he ido adaptando a otros modelos cuando la situación lo exige. No es raro ver a mis equipos con defensa de tres centrales o con dos puntas. Soy consciente de que he evolucionado.

Sigo con las acusaciones: de usted se dice que es defensivo e... intransigente.

(Ríe abiertamente). No, no. Eso era al principio. Cuando llegas a los cincuenta años empiezas a comprender que debes escuchar a los jugadores con experiencia. Hay que hablar, asimilar y aplicar lo que te cuentan los de alrededor.  Yo puedo decir que ahora soy un entrenador más dialogante. Es cuestión de madurez. (Vuelve a sonreír).

Otra: es usted un matemático insoportable del fútbol. Lo tiene todo medido y calculado...

¿De verdad? jajaja. No es tanto. Y quizás antes era más obsesivo con evitar lo imprevisto. Digamos que soy reflexivo y me gusta el orden en las cosas. Pero no paso horas y horas midiendo lo que corre un lateral en un partido. Hago mi trabajo con la mayor dedicación posible.

Bien, pues si es usted tan buen entrenador y hemos visto una presentación con 150 periodistas acreditados de nueve países, ¿por qué no tiene una oferta del Real Madrid?

Ya he dicho que cuando me llamaron hace años estaba comprometido con el Liverpool. Y ya nunca me han vuelto a llamar. Pregunte usted a Florentino y a sus asesores cuál es el criterio de selección. Yo he hecho suficientes cosas y he ganado suficientes títulos en estos años como para que sepan hasta dónde puedo aportar. Pero desde luego no le iré a decir que me gustaría estar en el Madrid, cuando acabo de firmar por el Nápoles, donde desde el presidente al último tifoso me demuestran tantísimo cariño. Sería una falta de respeto hacia este fantástico club que no voy a cometer.

Después de tantos títulos y estando en la cumbre, ¿Qué le queda de sus orígenes?

Pues mire, me queda todo. La esencia nunca se pierde por más títulos y clubes grandes que pueda dirigir. En el Madrid aprendí a ganar y así lo hice en el Valencia, en el Tenerife, en... allí donde estuve.

Talante ganador.

Recuerdo que dirigiendo al juvenil del Madrid nos metieron un gol con diecinueve a favor y quince jornadas sin perder. Estuve cabreado una semana. Ahora sigo con el mismo talante en ese aspecto.

Benítez lleva raíz madridista. Es de la fábrica.

¡Por supuesto! (salta sin pensarlo) Me crié desde los trece años en aquella casa y aprendí todo en la cantera del Real Madrid. Allí fui futbolista juvenil y amateur. Allí volví para ejercer como entrenador y aprendí junto a Del Bosque. En el Madrid recibí una educación deportiva y me enseñaron a perder y a ganar con respeto y educación hacia el rival.

Mire usted, lo que dice no me recuerda nada a Mourinho.

Yo le hablo de un estilo que me enseñaron hace años en el Madrid. Cada cual es como es, pero yo trato de hacer las cosas con respeto y profesionalidad. Así me educaron.

No le veo mucho feeling con Mou y mire que sus carreras se vienen cruzando...

No sé lo que hace Mourinho. Yo sé lo que yo hago: siempre quiero ganar, pero sin rebasar la línea de la deportividad. Es verdad que tengo mejor relación con unos entrenadores que con otros y yo estoy con los que no les vale el resultado a cualquier precio. 

Ancelotti está a punto de aterrizar en el Bernabéu...

Le conozco bien del Milán por las finales de Atenas y Estambul. Y en la Premier tuvimos un trato personal correctísimo. Me parece una buena elección porque será conciliador en el vestuario y en el madridismo. Yo creo que se apreciará un gran cambio en el club.

Ha firmado por dos años con el Nápoles. ¿Alguna vez le veremos al frente del Madrid o ha renunciado para siempre a esa posibilidad?

No puedo pensar en el Madrid en este momento, entiéndame.

Piense a largo plazo.

Si consideramos que soy de Madrid, que parte de mi familia vive en Madrid, que en el Madrid eché raices y lo aprendí todo, y es el Madrid un club de elite que aspira a todo... ¿Cómo voy a negarme a entrenar al Madrid alguna vez en mi carrera?