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Si yo fuera candidato (V)

Martínez Laredo: "Florentino no quiere debate ni oposición"

Tenía intención firme de presentarse a la elecciones y años de socio suficientes para ello (desde 1978). Pero Borja Martínez Laredo (Madrid, 1973) no consiguió reunir el aval.

Actualizado a
Borja Martínez Laredo
Rafa AparicioDIARIO AS

¿Le habría gustado presentarse?

Me habría encantado, y más tarde o temprano lo haré.

¿Qué motivos le mueven?

El intentar recuperar al Madrid que yo entiendo que es el de verdad, el de los valores. El Madrid del que estaría orgulloso de hablarle a mi hijo. La segunda cosa que más me mueve es intentar que dentro de 87 años también seamos el mejor club del siglo XXI, porque por este camino que vamos desde luego que no lo vamos a ser. Quiero poner mi granito de arena...

¿Inició contactos para formar una candidatura para estas últimas elecciones?

Sí, sí... Inicié contactos y hubo conversaciones para presentarla.

¿Con Juan Villar Mir hijo?

Juan es un buen amigo. Me parece que es una persona a la que, al igual que a mí, su padre le inculcó los valores del madridismo de verdad. Yo siempre digo que el Real Madrid se ha perdido un gran presidente en la figura de Juan Miguel Villar Mir padre. Y desde luego Juan hijo me parecería un gran presidente.

¿Por qué no salió adelante esa idea de candidatura?

Pues es una gran pregunta, la verdad. Yo, desde luego, reúno las condiciones en cuanto a años de socio y deseo ayudar, pero no tengo 80 millones de euros libres de deudas para poder pedir el aval en un banco. De lo de los demás, en poco le puedo ayudar.

¿Qué opina de las condiciones para ser candidato?

En el tema del cambio en los Estatutos habría que buscar en la hemeroteca. Florentino cambió ya los Estatutos antes para ponerlos acorde con la Ley del Deporte, que dice que el presidente de un club debe avalar el 15% del presupuesto. La Ley dice que el presidente debe avalar, no que un candidato deba avalar esas cantidades. En el Barcelona se hace de esa manera. Florentino argumenta que puede ser que alguien que se presente, luego gane y resulte que no tenga el aval. Pero eso es más que improbable. En el momento que uno es presidente, tendría el aval, seguro.

¿Por qué Florentino cambió los Estatutos, entonces?

Para que gente como yo, que no pueda disponer del aval, no pueda presentarse nunca. Ahora Bernabéu no podría ser presidente del Madrid. Así que algo estamos haciendo mal. El Madrid, hoy en día, está secuestrado por Florentino. No quiere oposición, ni elecciones, ni debate. También argumenta Florentino lo del preaval diciendo que es para evitar a gente extranjera o a grandes grupos financieros. ¿Cómo sé yo que el aval que usted (en referencia a Florentino) presentó en su día era de usted, personal, y no de un tercero? ¿Cómo sé yo que a día de hoy usted puede poner un aval de 80 millones de euros? Florentino debería de haber sido el primero en poner el aval en estas elecciones para ser candidato...

¿No falta autocrítica en lo que han hecho todos los presidentes en los últimos años? ¿Es un sillón demasiado goloso el del Madrid?

Hay personas que pueden querer la presidencia por lo que representa. Esas personas no deberían jamás ser presidente. Si yo accedo alguna vez será para servir al club, y no para servirme de él. Como en su día lo hizo Santiago Bernabéu, que todos sabemos con qué nivel económico terminó sus días. El Madrid está por encima de todos y de todo.

Antes hablaba de madridismo inculcado. ¿Qué aprendió usted de su padre?

Muchísimas cosas, pero todas ellas basadas en los valores de la honestidad, la seriedad, el respeto por el contrario y las instituciones, el sacrificio, el esfuerzo... A mí me gusta mucho esto, y suelo leer todo lo del Madrid que cae en mis manos. Una vez cayó en mi poder una carta que Bernabéu, siendo presidente del Madrid, escribió poniéndose a disposición de todos los clubes de Primera y en especial del Barcelona. En ella decía que la competición y la lucha deportiva en el campo no estaba reflejada del mismo modo fuera de él. Pues eso es lo que me enseñó mi padre, el respeto, junto con exigir el máximo nivel de exigencia en todos los empleados de un club, desde el utillero hasta el mejor jugador.

¿Usted ha ido últimamente al palco del Bernabéu?

He ido mucho en su momento. Me invitaba Eduardo Fernández de Blas, vicepresidente del Madrid. Pero tuve una conversación con él en un restaurante madrileño en la que le expresé todas mis dudas y críticas sobre el funcionamiento del club. Me volvió a invitar al palco y le agradecí mucho la invitación pero le dije que después de lo que le había dicho de la deriva que estaba tomando el club con Mourinho... Él me contestó: "Mourinho no es parte del problema, es parte de la solución". Yo le dije que era un gran entrenador pero para equipos como el Inter o el Chelsea, no para el Madrid.

¿No volvió a ir al palco?

No me parecía coherente estando en contra de todo lo que se estaba haciendo en la entidad. Le dije que sólo seguiría asistiendo a los actos que se hicieran de la Fundación en el palco. Y reconozco que a mí lo que me gusta es ir a mis abonos, que son de la época de don Santiago, con mis hijos y mi familia.

¿Qué ambiente había en el palco cuando iba? ¿Es cierto que ahora es tan grande?

He tenido la suerte de acudir a todos los palcos de Primera, incluido el del Camp Nou, y es el más grande con mucha diferencia. Tiene una capacidad demasiado amplia, aunque también es cierto que en ocasiones, para un Madrid-Barça, se podría quedar pequeño. El caso es que el palco ahora tiene tres cuerpos, con dos laterales, y el central es, a mi juicio, el único que se debería de mantener. El otro, que sea para los aficionados normales.

¿Se hacen negocios en el palco?

Yo creo que ahora, lejos de ser un lugar de representación del madridismo, el palco se ha convertido en un sitio para hacer lobby. Es absolutamente cierto que hoy en día, cuando entras en el palco, da la sensación de que ahí no se respira el madridismo que debería. Yo, cuando iba, estaba cinco minutos antes de que saltaran los jugadores en mi sitio más solo que la una. Pero solo, con cinco o seis personas más. Digo yo que los demás estarían muy ocupados. Luego, claro, hay carreras después del pitido inicial para sentarse. Mire, aquí se viene a ver el fútbol, no a hacer negocios.

Hay quien acusa a Florentino de utilizar el Madrid para sus fines propios. ¿Usted lo ve así también?

Cualquiera que acceda a la presidencia tiene la mayor arma de márketing del mundo en sus manos. Si llamas a cualquier persona del mundo que antes no te cogía el teléfono, te lo va a coger. Pero yo creo que Florentino es madridista y que quiere hacerlo lo mejor que puede. No creo que jamás se haya acercado al Madrid por intereses personales.

En este serial ha habido quejas sobre el modo de elección de los compromisarios. ¿Usted qué opina?

Todo lo que se ha dicho es absolutamente cierto. La elección está manejada y dirigida desde el Madrid y su área social. Los fines son aprobar en las asambleas de compromisarios lo que se quiera. Y es cierto que en los millares donde estamos las personas que podemos ser oposición al señor Pérez se presentan muchísimos más socios que quieren ser compromisarios que en los demás, con el fin de que no tengamos ni voz ni voto. Y todo está derivado del sistema de elección que en su día implantó el señor Pérez para tener unas asambleas más cómodas. Y luego está el tema del voto por correo, que no debería ser ante notario, porque así se puede manipular la intención del propio voto. No hay que intentar manipular ni proteger al socio del propio socio, porque el socio se protege solito.

¿Ve alguna solución a estos estatutos?

Hay dos que puedo decir que se están barajando. La primera, que a mí no me gusta, es ir a la justicia ordinaria para intentar que los estatutos que contemplan situaciones ajenas a la Ley del Deporte de 1990 se cambien. Y la que a mí me gusta más, y no la descarto, que es una recogida de firmas en el Bernabéu durante el próximo año con el objetivo de cambiar los estatutos y su forma de aval. El miedo a que alguien, un jeque, se pueda hacer con el club, se subsanaba facilísimamente como antaño, cuando se exigían un número de firmas determinadas de los socios para ser candidato. Ese es el mejor aval que puede tener una persona que quiera ser presidente. Y no 80 millones de euros, porque así se reduce la lista de los que se pueden presentar a cuatro.

¿Cómo asiste a la incertidumbre sobre quién será el próximo entrenador?

Yo creo que andan totalmente perdidos. No hay dirección deportiva alguna. Si Zidane consigue como director deportivo ser una cuarta parte de lo que fue como jugador, perfecto, pero yo todavía no le he visto hacer ninguna declaración ni sentarse con la prensa y decir: "Estamos buscando esto y nuestro estilo es este". Hay una carencia total de criterio. ¿Se sigue el criterio de la junta directiva? Pues yo conozco a muchos de sus miembros y son personas estupendas pero creo que carecen del criterio necesario, o tendrán menos que Hierro o Sanchís, digo yo...

¿Y a qué sorpresa se refiere Florentino con el técnico?

Podría estar barajando a Toril, que para Florentino será una sorpresa pero para muchos madridistas sería lo que estamos buscando.

¿Qué opina de la gestión deportiva del señor Pérez?

Ha sido un gran presidente en muchos sentidos. Hay que estarle agradecido en el ámbito económico e incluso inmobiliario, donde ha hecho cosas que probablemente ningún otro hubiera podido hacer. Y le agradezco su dedicación. Pero el Madrid que ha dibujado Florentino en el terreno deportivo no es el Madrid que los madridistas quieren. Un Madrid hecho a golpe de chequera, que no apuesta por la cantera, que se ve desdibujado en los valores con los que Bernabéu creó el club. No puede ser que nos hayamos gastado 900 millones en fichajes y que aún se sigan planteando fichajes de 100 millones. Es la época en la que el madridismo se ha sentido más lejos del club.

¿Qué cambiaría usted si en algún momento llegara a la presidencia del Real Madrid?

No puede ser que creemos un campo de fútbol sólo para los ricos. Los precios de las entradas no pueden mantenerse así. Prefiero no fichar a Bale por 100 millones y dejar las entradas a un tercio de lo que se están comprando, a 10, 30 o 50 euros. Luego se pueden mantener las VIP. La gente ha dejado de ir al campo y de llevar a sus hijos. A mí no me hace ilusión que ingresemos 500 o 600 millones, sino que ganemos títulos.