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LA ENTREVISTA | JOSÉ ÁNGEL IRIBAR

"No veré el derribo, quiero recordar San Mamés como es"

Sólo ha llorado por el fútbol cuando el Athletic llegó a Lezama tras ganar la Liga en Las Palmas. Llevará pañuelo en el bolsillo. Encuentro bajo su portería con el número 1.

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"No veré el derribo, quiero recordar San Mamés como es"

¿Qué pasa por su cabeza en las horas previas a la despedida oficial de San Mamés?

Tengo sensaciones un poco extrañas. A medida que se acerca, el corazón empieza a palpitar más fuerte. Me entra cierta tristeza, nostalgia, la intento ahuyentar. No quiero meterme en ese pensamiento. Eso es el corazón. La cabeza me dice que el futuro es el nuevo San Mamés y siento cierto alivio. Es conveniente, necesario para que el Athletic avance. Mi alegría es que el querido y viejo San Mamés va a estar incorporado físicamente en el nuevo.

Levantar uno junto a otro, con la tribuna que coincide en terreno, lo hace menos duro.

Sería más duro hacerlo en otro lugar, nada positivo.

No es muy de llorar, pero imagino que no se le va a olvidar el pañuelo en casa.

Soy de los clásicos de traer siempre el pañuelo. Me voy a emocionar fijo, lo tengo asumido, y lo bueno es que lo haré junto al público y los jugadores que van a llenar San Mamés. 

Es momento de recordar a todos los leones de este estadio, a los míticos y modestos.

La grandeza de este club es que se acuerda de todos. Han hecho historia y engrandecido al Athletic.

Muchos de los mejores futbolistas lo han pisado. Los últimos en unirse a Di Stéfano, Cruyff y Maradona han sido Messi y Cristiano. ¿Quién de todos le ha impactado más?

Johan Cruyff. Llegó al Barça en plenitud, era un superdotado. He tenido la suerte de enfrentarme aquí a Di Stéfano, Gento, Amancio, Pirri, Kubala... No hay que olvidar que gran parte de los mejores clubes del mundo han pisado San Mamés. ¡Incluso la selección brasileña! Y se ha jugado un Mundial. Este estadio quedará en la mente de muchos jugadores, no sólo del Athletic. Todos coinciden: aquí se ha sentido el fútbol.

¿Su imagen imborrable de un rival en la portería?

Hay muchas. Me quedo con el gesto de Yashin y Zamora de venir al homenaje que me prepararon en plena carrera. Ese instante en medio campo, sin jugar, fue de mucho orgullo.

¿Que San Mamés haya vivido siempre fútbol de primera es la mayor victoria?

Sin duda, y más tras la Ley Bosman, que nos puso un reto delante. Aquello parecía abocarnos a ser un club segundón y pese a ello, hemos mantenido el tipo, llegado a cotas importantes, como la Champions o la final de la Europa League. 

El nuevo campo traerá más ingresos y el fútbol español está a la deriva. ¿Vienen buenos tiempos para el Athletic?

Confío en que el Athletic pueda competir como lo ha hecho durante toda su historia y hacer disfrutar a la afición.

¿Con qué gol se queda?

Con los dos que hicimos a la Juventus en la final de la UEFA, y eso que no nos sirvieron para ganar el título. Es el partido más inolvidable de cuantos he vivido en San Mamés, el día que más orgullo he sentido, desde los prolegómenos. Todo el campo era nuestro y el  gol de Bettega nos lo puso muy complicado. Aquella Juve era la selección italiana y lo pasó fatal. Pudimos ganar. El final fue muy bonito, habían venido con temor a un ambiente enrarecido y se quedaron sorprendidos de la reacción del público. Dieron la vuelta con el trofeo, algunos jugadores con nuestra camiseta puesta. Zoff lo hizo con mi jersey.

¿Cuándo pisó esta hierba por primera vez?

En un Indautxu-Basconia. Debuté con el Basconia en San Mamés, fue como una premonición. Ganamos 0-2. Estábamos en Segunda y la directiva pensó que era un premio a los clubes. Jugamos tras un Athletic-Celta. Ahí me di a conocer, lo tengo muy marcado.  

Hace exactamente medio siglo, se estrenó  con el Athletic en San Mamés, nada menos que contra el Real Madrid.

Era el partido del año pese a que el Madrid llegó campeón. Cuando me lo comunicó el bueno de Ángel Zubieta, llamé a todos mis amigos de Zarautz y familia  para que vinieran a verme. Fue un día muy festivo.

Y el día de su primer golpe de autoridad, con Puskas, aunque no sirviese de mucho...

Sí, fue por una falta de Orúe sobre Bueno, que el árbitro señaló como penalti pese a ser dos metros fuera. Puskas intentaba lanzarlo y no había manera por la lluvia de almohadillas. San Mamés interpretó que era una aberración. Me acerqué y le pedí que lo tirase fuera. Sonriendo, me dijo: "Sí, hijoputa". Claro, fue gol. A partir de ahí, siempre me saludaba con cariño con aquel taco, era la primera palabra en castellano que había aprendido. Nos teníamos mutuo aprecio. Ferenc era muy cercano. 

Se retiró con el Getxo en Copa, en un 7-1. Lekerika tuvo el honor de marcarle.

La espalda dijo basta, estaba destrozado. Goleamos y sufrí mucho. Perdí la sensibilidad. No podía arrastrarme por los campos y se lo dije a Senekowitch y la directiva. Me brindé a apoyar a mi sucesor (Agirreoa) e incluso a entrenarle. Lo tomaron bastante mal.

Su homenaje fue contra la Real. ¡Vaya barba llevaba!

Dejármela fue como el traslado a otra etapa. A mi madre no le gustaba un pelo. Fue muy emocionante la respuesta de la gente, de la Real, hicimos una aportación al deporte y el euskera con un diccionario vasco.

Otra cita especial, ya retirado: la última Liga ganada, en Bilbao contra Arconada y cía.

Me emocionó más, por inesperada, la anterior, la de Las Palmas. Ahí sí que lloré cuando llegó el equipo al día siguiente a Lezama para preparar los homenajes. No viajé porque entrenaba al filial y me emocionó mucho. Lo sentí como si la hubiese ganado yo por aquellas ocasiones perdidas cuando jugué. Quedó pendiente en mi carrera. Ganar el segundo título, a la Real en San Mamés, fue muy celebrado por todos.

Más duro que el partido ante el Levante o el amistoso de despedida será el derribo. ¿Lo verá?

No quiero verlo en directo y procuraré estar bastante tiempo sin mirar las imágenes. Cogeré vacaciones en esas fechas para asimilarlo. Quiero recordar a San Mamés como lo que es, como está ahora. Para mí, la despedida es el último día de competición, con el Levante. Tendré tiempo para estar siempre de una manera virtual en el viejo campo, no va a caer en el olvido. Mientras viva, estará en mi corazón y pensamiento.

¿Qué quiere para el arco?

Que siga vivo en algún lugar en el que podamos observarlo. Es la idea. El arco va unido a San Mamés indisolublemente.

Mala temporada la del adiós. ¡Qué pena que no fuese la del año pasado!

Si pudiéramos elegir, sería la del año pasado. Este ha venido torcido y cuando empezamos así... En el Athletic, duran más los sobresaltos. Es nuestro sino: alegrías, tristezas, años buenos, no tan buenos... 

Ha dicho varias veces que es vital la fidelización del jugador con el club para que los que marcan las diferencias no se vayan. Lo de Javi Martínez, Llorente y Amorebieta ha sido muy duro. ¿Cómo lo vivió?

Hay una fidelidad garantizada, la del socio. Que haya 7.000 esperando, que hayan adelantado el dinero con los tiempos que corren y estén sin localidad... Para competir como queremos es muy importante fidelizar a los futbolistas con peso en el equipo. En ese sentido, ha sido un año duro. También atípico. Ha ocurrido antes y lo hemos superado. Trabajamos en ello en Lezama. Los tiempos son complicados por los entornos de los jugadores. Las tentaciones son muy grandes. El asesor y la familia tienen más peso que cuando jugábamos nosotros. Teníamos más libertad de decidir. 

Es más inesperado tras un año con dos finales, que terminaban con la excusa de no poder aspirar a títulos. Está el añadido de estrenar un nuevo estadio...

El gran año en la Europa League fue un escaparate. Hay clubes que no tienen medida en el dinero. Invierten cantidades fuera de mercado. El club es ahora más fuerte, pero falla... Está la persona. En fin, vamos a ser respetuosos y desearles suerte.

¿Duele más la fuga de chavales que llevan desde los diez años en el club que Javi Martínez?

Lógicamente. El caso de Javi es diferente. El dolor será pasajero.

Bielsa será el último técnico local en San Mamés. ¿Qué ha aportado?

Mucho. Es un entrenador completísimo. Para las características de nuestro club, muy adecuado. Lo vive todo, desde la base hasta arriba. Todas las horas se las dedica al fútbol. Nos ha llevado a ver un fútbol diferente, algo que es muy a valorar. Da mucha importancia al balón y el jugador se tiene que sentir a gusto. Hay que disfrutar y competir. Su proyecto lo tiene muy claro y los jugadores han aprendido mucho. Tiene un valor inconmensurable, es sin duda, uno de los mejores entrenadores del mundo.

Una pregunta peliaguda, ¿su proyecto está agotado?

No debo meterme en ello, es decisión de la junta.

¿Ve problema al equipo que se tenga que adaptar al nuevo campo?

Relativo. Se hará extraño jugar sin un fondo el primer año. Nuestra gente se va adaptar pronto y no se va a acomodar en ánimo a nuestro equipo. Este paso nos revitalizará.

Conservar los valores.

Las tradiciones deben seguir, como que el brazalete lo lleve el que debutó antes o rezar antes de los partidos. Hacen recordar de dónde vienes.