Málaga y Sevilla firman un empate que les sirve de poco

Málaga y Sevilla se regalaron un punto que no les sirve para nada. El Málaga confirma que renuncia a la Champions (si la Real Sociedad gana el lunes al Granada se despedirá matemáticamente) conformándose con una Europa League que al Sevilla se le ha escurrido de las manos por su inoperancia a domicilio. Sólo ha ganado un partido fuera, hace ocho meses en Riazor. Así es imposible.

El partido empieza con una mano dentro del área cometida por Cala que debió ser observada como penalti. Pero esa electricidad se amalgamó en una dinámica de fútbol horrorosa. Ni juego ni ganas. Sólo un detalle de Negredo y una parada de Kameni a disparo de Coke (minuto 24), por contar algo. El agotamiento del Málaga y la escasa aplicación del Sevilla fuera de su casa daban como resultado un espectáculo deleznable. Apatía. ¿O saturación? Un partido sin historia… salvo que Pedro Morales tuvo que ser sustituido por Duda, el capitán, por una lesión muscular. Tostón.

Al minuto del segundo tiempo, Eliseu pidió el cambio. Desplomado. Reflejo de lo larga que se le está haciendo a este equipo una temporada cargada de partidos (53), impagos y problemas. Salió en su lugar su compatriota Antunes. A todo esto, el partido seguía siendo un espanto. Kameni, a los 55 minutos, le paró una a Cala, un muy buen defensa que debería tener más minutos porque es rocoso y sabe atacar. El camerunés al menos trabajaba algo. Beto, ni eso. De hecho, el primer remate de Duda vino en el minuto 61. A los 70 minutos, Emery hacía el trueque de Cicinho por Coke. Por contarles algo, en el minuto 75 Navas asistió a Negredo y éste a Rakitic, que falló un gol cantado. Poco más que contar de semejante bodrio.