Philippe Montanier y la luz de Vela ante el coraje de El Sadar

Entre el Carlos Vela de Osasuna y el de la Real Sociedad hay cuatro años y 126 partidos y 22 goles de diferencia. A Pamplona llegó con 18 años y sólo marcó 3 goles en 33 partidos. Esta tarde regresa con 24 primaveras, en una Real de Champions, de la que es su estrella más mediática, y con un bagaje sobresaliente de 25 tantos y 20 asistencias de gol en 64 partidos. Guste más o menos, de forma inevitable, sobre el mexicano gira casi toda la previa de este Osasuna-Real con miradas antagónicas.

Una vela pasa por Pamplona esta tarde. Bien sea para poner algo de luz a la agónica pelea por la salvación de los rojillos, o bien para iluminar un poco más el inesperado y espectacular camino de retorno a la élite europea de los txuri-urdin. Porque entre ambos objetivos tan diferentes está el mexicano. Vela debe ser esta tarde el factor diferencial en un partido que se presume intenso, duro y bronco (deportivamente hablando, claro).

Mucho en juego. Porque hay demasiado en juego, positivo y negativo; y porque viendo la diferencia de dinámica y de calidad que hay entre guipuzcoanos y navarros, Osasuna tendrá que tirar, más que nunca, de las señas de identidad de Mendilibar, que son también las suyas propias, para frenar la avalancha de tiqui-taca con la que los potrillos de Montanier suelen abrumar a sus rivales, para solventar partidos con apenas quince minutos de inspiración.

Y la punta del iceberg de ese juego de la Real está en Vela. Lejos queda aquel pipiolo que aterrizó en Pamplona para afrontar su primera aventura en un equipo de Primera.

Expectación y llenazo seguro

El Sadar ha colgado el cartel de no hay billetes con la esperanza de ver un triunfo en casa dos meses después. Mendilibar recibió ayer una mala noticia, con la baja de última hora del defensa Rubén, por un problema muscular. En los txuri-urdin, De la Bella finalmente no entró en convocatoria. José Ángel ocupará el lateral izquierdo. Ansotegi y Estrada entraron en la lista.