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BARCELONA 5 - MALLORCA 0

Abidal completó el milagro

El Barcelona sin Messi se dio un festín a costa de un flojísimo Mallorca. Gran día para los más criticados: hat-trick de Cesc y doblete de Alexis Sánchez, que se fue lesionado.

BarcelonaActualizado a
Abidal sustituyó a Piqué.
Andreu DalmauEFE

En un partido de fútbol, muy pocas veces lo que pasa al margen del juego trasciende al partido. Y ya no digamos que emocione. Ayer, el Camp Nou vivió un momento que superó de largo todo lo que pasó en el rectángulo de juego, que no fue poco. Por eso, hoy es el día de pasarse por el forro las normas periodísticas que dictan que el resultado del partido va en el primer párrafo de la crónica. Hoy es el día de comenzar una crónica explicando que en el minuto 23 de la segunda parte del Barcelona-Mallorca, 402 días después de que el lateral francés jugara su último partido, Éric Abidal volvió a jugar. Su imagen rezando en la banda después de que Tito Vilanova, que también está pasando lo suyo, le diera instrucciones, puso la piel de gallina a todo el mundo. Supuso un triunfo que trascendió el partido, que provocó el aplauso de los rivales, que se estaban llevando una tunda de órdago que les complica la permanencia, pero que se abstrayeron del juego, porque, por una vez en la vida, el fútbol contradijo a Bill Shankly. Lo más importante es la vida.

A todo eso, y perdonen la digresión, el Barça se merendó al Mallorca por 5-0 con una actuación excepcional de Fàbregas, que demostró que es el segundo mejor falso nueve del mundo. El problema es que el primero juega en su equipo y se llama Leo Messi. Pero lo de Cesc ayer fue espectacular. Como el animal que regresa a su hábitat, el de Arenys volvió a jugar entre líneas, a encontrarse cómodo, a marear a los rivales y a demostrar su llegada. Y encima, con Alexis a su lado en plan estelar. El chileno marcó dos y se retiró lesionado. El único lunar de la noche.

Sólo con ver el planteamiento de Vilanova, se vio claro que el Barça no quiere dar ni un palmo de ventaja a sus perseguidores. La Liga es algo demasiado grande como para distraerse. Contra pronóstico, Iniesta, Alves y Piqué salieron como titulares cuando todo el mundo les otorgaba día de descanso. Era toda una declaración de intenciones de que este equipo quiere la Liga. A día de hoy están a 12 puntos de conquistarla. Los 12 que restan por jugar en el Camp Nou.

En ausencia de Messi, le tocaba a Fàbregas el placer de jugar en su sitio preferido. Y fue un martillo pilón. Llegó, disparó y demostró que es uno de los mejores jugadores que se desmarca en la punta de ataque. Lo suyo es un don natural para crear el caos que está poco aprovechado. Le falta explotarlo en otras demarcaciones y reservar su espíritu de comando autónomo para favorecer el de un soldado de infantería. El día que lo haga, será imparable.

De la mano de la pareja Fàbregas-Alexis, el Barcelona desarboló a un Mallorca que si quiere agarrarse a la permanencia debería de empezar a solidificar su zaga, extremadamente blanda.

El Barça se dio un paseo en el Camp Nou que le facilitó a Vilanova los cambios que se le reclamaban de inicio. Iniesta pudo retirarse, pudo entrar Deulofeu para dar descanso a un Cesc aclamado y se propició la traca final de Abidal. Un momento que entrará en la historia del deporte. Un momento emocionante que hizo que el resultado fuese lo de menos.